República Argentina: 2:35:10am

Siempre se consideró que esa máquina se había estrellado  en el mar antes de alcanzar el Continente americano. Lo cierto es que, tiempo atrás un ermitaño cazador llamado Anson Baya, que vivía en el bosque costero de Maine, comentó un hecho revelador. Para esos días escuchó un motor que insistentemente permaneció unos minutos y luego sobrevino una corta explosión. Se estableció que el área correspondía a la ruta planificada para llegar a New York. Por ello en 1985, y ante la sospecha que el origen de ese fenómeno haya sido el avión francés extraviado, comenzó una investigación en la zona.  Se organizaron 20 expediciones y más de 200 voluntarios recorrieron el bosque buscando indicios y la versión original fue confirmada por otros viejos pobladores rurales del lugar. Incluso un par de ellos aseveraron haber visto un motor muy grande parcialmente enterrado. Culturalmente ignorantes no supieron o no quisieron dar precisiones sobre el sitio exacto del supuesto accidente. Después de algunos interrogatorios los investigadores consideraron que tiempo atrás, dicho motor habría sido extraído y vendido como chatarra por algunos de los habitantes del bosque. Como es de suponer el “L’Oiseau Blanc”, era un avión construido con materiales degradables que, a merced de la intemperie de los 58 años transcurridos sería muy difícil de encontrar. No obstante y luego de una exhaustiva búsqueda se hallaron unas maderas en forma de cuadernas similares a las usadas en la construcción de los aviones de esa época. Sometidas a estudio se comprobó que la referida madera no correspondía a ninguna de las especies de los árboles de los bosques de Maine.

Para algunos analistas franceses, de haberse logrado con éxito este intento, seguramente la historia de la aviación mundial habría sido muy diferente  Días después, el triunfo de Lindbergh’s, hizo olvidar esta tragedia. Aunque la investigación sigue abierta, sin dudas el inexorable transcurso de los años sellará para siempre el misterio de este trágico vuelo y será uno más de los que se desvanecieron en el tiempo.

 

 

 

                                                      FIN

 

 

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