República Argentina: 11:27:10pm

La misiva asegura que España vive una situación de “deterioro”, en la que la “cohesión nacional” corre graves riesgos, “tanto en su vertiente política como económica y social”. Tras culpar al Gobierno “social-comunista, apoyado por filoetarras e independentistas”, de amenazar “con la descomposición de la Unidad Nacional”, muestran su apoyo y lealtad al Rey “en estos momentos difíciles para la Patria”.

Entre los firmantes del escrito hay un teniente general, José María Fernández-Bastarreche, que fue Mando de Personal del Ejército de Tierra; dos generales de división, Ángel Gil Barberá y Francisco Fernández Sánchez, que fue comandante general de Melilla; y cuatro generales de brigada. Dos de estos últimos son Pedro María Andreu Gallardo, que dirigía el Mando de Operaciones Especiales (MOE) cuando se produjo el asalto al islote de Perejil (2002); y Manuel Silos Pavón, exjefe del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil. La lista la completan 66 coroneles. En cambio, no figuran como firmantes los tres primeros de la promoción, los tenientes generales Manuel Bretón, Rafael Barbudo y Pedro Pitarch.

Estos militares, que ingresaron en la academia en 1964 y superan los 70 años de edad, están ya retirados y, por tanto, tienen plena libertad para expresarse al haber recuperado todos sus derechos como ciudadanos. Sin embargo, los que suscriben la misiva no lo hacen como ciudadanos, sino como militares, y dejan constancia de su empleo militar junto a su nombre. No en vano el texto va dirigido al Rey, que es constitucionalmente el capitán general de los ejércitos, a través del jefe de la Casa Real, Jaime Alfonsín.

La carta de los mandos retirados del Ejército de Tierra se produce pocos días después de que se conociera una misiva similar de jefes jubilados del Ejército del Aire. Todos ellos pertenecían a la XIX promoción de la Academia General del Aire, con sede en San Javier, Murcia.

El Foro Milicia y Democracia (FMD), heredero de la extinta Unión Militar Democrática (UMD) perseguida por la dictadura, critica que estos mandos, que suponen alrededor de la mitad de sus respectivas promociones, pretendan arrogarse la representación de su totalidad, asumiendo el discurso político de Vox. “Algo así sería impensable en Francia, Reino Unido o Alemania”, sostiene.

 

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