En contexto de pandemia por el coronavirus, el acto fue reducido en asistencia de autoridades, veteranos y de familiares de los caídos, quienes asistieron uno por familia, a pedido de la jefatura del Regimiento, para cumplir con las recomendaciones de evitar aglomeraciones. tal cual lo describio el diario La Mañana de la capital provincial.
La ceremonia tuvo lugar en la Plaza de Armas “De la Victoria” de la unidad militar. Tras la entonación de las estrofas de los himnos Nacional Argentino y Marcha a Formosa, se ofició una invocación religiosa por los fallecidos en esa trágica jornada, a cargo del sacerdote Mario Franco.
Como es tradición, un oficial tuvo a su cargo el “pase de revista” de los hombres caídos en combate, y el presente a cargo de un soldado de la agrupación “Héroes Formoseños” en la explanada, sin dudas uno de los momentos más emocionantes de esta ceremonia.
En su mensaje, el jefe del Ejército recordó ese fatídico día con emotivas palabras al señalar que los caídos “siguen presentes en este su cuartel desde hace 45 años, y están presentes en cada formoseño, y en nosotros, los integrantes del Ejército argentino, de ayer, de hoy y de siempre”.
Dijo que “el reconocimiento de nuestros muertos en cumplimiento del deber es una constante que atraviesa generaciones y contextos ya que, al igual que el riesgo inherente que conlleva nuestra profesión de soldados, recordar un fallecido es parte de nuestra esencia y constituye parte central del tácito contrato moral que el Estado asume con quienes juran defender su bandera y su Constitución Nacional, si fuera necesario hasta perder la vida”.
“Ese contrato tácito es un compromiso entre la sociedad y el Estado con cada hombre o mujer que ingresa a las fuerzas armadas, 5 de Octubre, como todos los años, el Ejército está presente, rindiendo homenaje a 12 compatriotas que cayeron defendiendo a este noble regimiento, una tarde de 1975 que marcó para siempre al pueblo formoseño, tanto es así que los formoseños transformaron a esta ceremonia en una ley provincial. Se obligan por ley, decir presentes”, expresó.
Consideró el jefe militar que “el paso del tiempo no borra el dolor de las familias, hoy aquí presentes, ni el recuerdo de sus camaradas. Eran otros tiempos, era un contexto político complejo, con profundos desencuentros entre argentinos que se manifestaban de manera violenta, tiempos que no deben repetirse. Defender un cuartel, siempre fue y sigue siendo una obligación de sus integrantes”, remarcó.
“Aquellos oficiales, suboficiales y soldados no se rindieron ante un inesperado y sorpresivo ataque, por el contrario, lo rechazaron, pagando con 12 vidas. Ellos estaban unidos, defendiendo esa bandera que meses atrás, un 20 de Junio, habían jurado defender hasta perder la vida, mientras cumplían la constitucional obligación de defender la Patria”, precisó.
Destacó que “aquel día los soldados no estuvieron solos, detrás de ellos se agolpó toda la comunidad formoseña, concurrieron en auxilio del Regimiento, la Prefectura Naval, Gendarmería Nacional, la Policía Federal, así como la policía provincial, que también ofrendó la vida de uno de los suyos. Muchos ciudadanos donaban sangre y los profesionales del hospital central atendieron a los heridos. Todos, heroicos ciudadanos de civil y de uniforme”.
“Ellos no murieron en vano, si el sacrificio que hicieron contribuye a que todos los argentinos podamos llevar hacia el futuro como un pacto esencial y básico de convivencia el repudio más enérgico a cualquier forma de violencia” consideró.
“Ellos no murieron en vano si el ejemplo de coraje y compromiso que demostraron nos sirve de inspiración para cumplir nuestros deberes de hoy con el mismo coraje del soldado conscripto Hermindo Luna, para trascender los disensos del pasado y superar las diferencias del presente”, dijo Cejas, quien luego del acto saludó a los excombatientes y familiares de los soldados caídos presentes en la ceremonia.