No solo estos tiempos exigen entrega generosa frente a las dificultades.
También en el pasado muchos hermanos nuestros han dado su vida en cumplimiento de su deber y llevando su vocación a su máxima entrega.
Por ello, como lo hemos hecho en otras oportunidades,
Renovamos, Señor, con fervor nuestra oración y súplica para que
Acojas con piedad en tu seno a los que murieron por defender la honra, la Patria y la democracia en Argentina.
Hoy, especialmente, recordamos a aquellos hombres que desde nuestra hermana Provincia de Formosa los sorprendió la muerte cumpliendo su deber de soldados.
“Subordinación y valor, para servir a la Patria”, se les hizo real aquel 5 de octubre de 1975.
Tú sabes, Señor, que todos estos caídos han muerto para libertar con su sacrificio generoso a los mismos que los atacaron, para cimentar con su sangre joven una Patria libre, fuerte y entera.
Señor, hubo, no pocas veces, muchos silencios y verdades a medias, a lo largo de nuestra historia.
Pero sabemos que otros, como en el desierto, han hablado y hablan aún defendido con heroica valentía los valores de la verdad y de la justicia, sin ideologías.
Han sabido y saben aún mirar a la historia con dolorosa objetividad sabiendo de la fuerza esplendorosa de la Verdad.
Te pedimos Señor, por la salud de nuestra Nación y en justicia por la sangre derramada, que esta oración sea también gratitud a nuestros hermanos que encontraron la muerte sólo por servir a la Patria.
Señor, Tú qué sabes lo efímero de esta vida, bendícenos con tiempos de paz, de verdad y de justicia. Ayúdanos a hacer realidad en la Argentina la “cultura del Encuentro”, para que nos miremos sin desconfianza como hermanos.
A sus familias, Señor, concédeles la fortaleza necesaria para seguir acompañando la labor en búsqueda de justicia y verdad.
Una vez más invocamos a nuestra Madre, Señora de la Merced, Patrona y Generala del Ejército Argentino para que nos libre de toda esclavitud, mentira y opresión.
Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos, nuestros héroes, la luz que no tiene fin.
Amén.