Creada con el espíritu de solidaridad recíproca, aquella Asamblea decide utilizar un porcentaje de la cuota social para subsidios, seguros POR fallecimiento, otorgar ayudas económicas y aceptar poderes especiales para la percepción de los haberes de los socios.
Más tarde, impartirá cursos para Oficiales de la Administración del Ejército, y con el fin de impulsar la formación académica y cultural de sus miembros, crea además una revista que continúa editándose hasta hoy, reflejando el quehacer de nuestra especialidad en las Fuerzas Armadas y de Seguridad.
En 1948 toma su nombre definitivo: MUTUALIDAD DEL PERSONAL DE INTENDENCIAS MILITARES y logra concretar la compra de un inmueble propio para el funcionamiento de su Sede Central.
A partir de la década del 80 comienza su expansión y descentralización, llegando en pocos años abarcar, con 50 sedes, todo el territorio nacional.
Hoy, su amplia red de servicios y beneficios para la familia tales como gestoría militar, gastos por fallecimiento, fomento a la educación superior, caja de ahorros, ayudas económicas, entre otros, cubre todas las necesidades básicas de sus Asociados. En lo que respecta a un tema tan sensible como es la salud, le ofrece, dentro de la misma cuota social, una red de asistencia ambulatoria que incluye, entre otros servicios, emergencias, urgencias, atención domiciliaria, odontología y descuentos de medicamentos en farmacias, en todo el país.
Ciento ocho años después, y en medio de un contexto social y económico extremo que nos impide reunirnos, quiero, en mi carácter de Presidente de la Mutualidad del Personal de Intendencias Militares y en nombre de la Comisión Directiva y Junta Fiscalizadora, hacerles llegar un afectuoso y fraternal saludo por su inalterable pertenencia a la Institución que nos nuclea y nos obliga a trabajar sin pausa en pos del destino de grandeza que tiene asignado.