Sin entrar a polemizar sobre la legalidad o no, de los juicios por los delitos de lesa humanidad, es indudable que no se busca justicia, solo se persigue venganza.
A los acusados por los delitos de lesa humanidad, se le niegan los derechos constitucionales en juicios con declarantes que pasan por una "escuela de testigos" y luego de golpe, la diosa fortuna les sonríe y comienzan a tener un buen pasar.
En tanto que los acusados, por meros indicios, son detenidos y mantenidos por varios años, en "prisión preventiva" y finalmente se los condena.
Y en prisión preventiva o condenados, no se les brinda la debida atención médica, conforme a su edad, y en sus traslados, son sometidos a mortificantes viajes en un ayuno prolongado por horas.
Ahora, tenemos el Covid 19, y todos los detenidos por delitos de lesa humanidad, son una población de alto riesgo, por su avanzada edad y por sus múltiples achaques. Pero a ellos, se les niega la prisión domiciliaria, que se le concede a violadores, asesinos, pedófilos y toda clase de delincuentes, que por su edad y su cultura, es muy probable que reincidan en su conducta delictiva.
Los acusados por delitos de lesa humanidad, si cometieron delitos, lo habrían hecho usando el poder del Estado, poder del que hoy carecen. Si a ello le sumamos la edad de los mismos, es ridículo pensar que podrían volver a cometer delitos. Por lo tanto, esas personas, hoy, no representan ningún peligro para la sociedad.
Todo lo contrario sucede con los secuaces de sus acusadores, que imbuidos de una doctrina (comunismo) que causó el mayor genocidio en la historia de la humanidad, fogonean violentos disturbios para crear un caos social.
A estos últimos, se los premia con cargos públicos, A los otros, a los que los combatieron con armas lícitas o ilícitas, NI JUSTICIA. SOLO VENGANZA.
Orlando Agustín Gauna
D.N.I.Nº 6.255.319