República Argentina: 4:05:11pm

El general Juan Martín Paleo asumió el 27 de febrero pasado el cargo de mayor jerarquía militar del país, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas. Apenas tres semanas más tarde, se decretaba la cuarentena obligatoria, empezaba el desafío de transitar la pandemia de coronavirus y los militares eran requeridos para una operación de protección civil que consideran “sin precedentes”.

- Van más de dos meses ya de cuarentena, y sigue. ¿Qué balance hace desde lo que toca al rol de las Fuerzas Armadas?

 

- Con la flexibilización hace un par de semanas, aceptamos que para nosotros iba a implicar un mayor esfuerzo, se está produciendo mayor circulación e incremento de contagios, y mayor necesidad de asistencia, de protección civil. Por eso lejos de que significara un relajamiento, es al revés, estar más alertas, alistados e imaginando los escenarios que puedan presentarse.

 

  -¿Qué ven más crítico en estos momentos?

 

  -Vemos que se van configurando claramente zonas calientes, como decimos nosotros, en el AMBA, Córdoba, Chaco, Bariloche, en menor medida Santa Fe y Entre Ríos, donde hubo muy buenas estadísticas últimamente. Pero son los grandes centros urbanos donde se va concentrando la necesidad de apoyo.

 

  -Se ha dicho que es el mayor despliegue desde la guerra de Malvinas, ¿por qué esto es así?

 

-La operación Malvinas fue focalizada geográficamente, en la isla propiamente dicha, en el Teatro de Operaciones Atlántico Sur, en el continente en menor medida. Y tuvo un tiempo acotado, que fue lo que duró el conflicto. Hoy nos encontramos con una fuerza mucho más reducida, la época de Malvinas eran arriba de 150.000 hombres solamente del Ejército. Hoy las Fuerzas Armadas, el total de efectivos está rondando los 80.000 y estamos cubriendo un despliegue de todo el país. Es un esfuerzo sostenido y somos conscientes de que va a continuar. No sabemos cuánto, pero por un par de meses seguro, en una visión optimista. O sea que largamente va a significar un empeñamiento muy superior en tiempo y en espacio respecto de lo que fue Malvinas.

 

El general Paleo durante la entrevista con Clarín. "La principal demanda en la emergencia por el coronavirus es la distribución y elaboración de comida", sostiene el jefe del Estado Mayor Conjunto. Foto: German Garcia Adrasti

El general Paleo durante la entrevista con Clarín. "La principal demanda en la emergencia por el coronavirus es la distribución y elaboración de comida", sostiene el jefe del Estado Mayor Conjunto. Foto: German Garcia Adrasti

  -Quizás ha ido variando, pero ¿cuál es la principal demanda que tienen?

 

-La alimentación. Si bien tenemos inicialmente un despliegue que se enfocó y que está muy alistado respecto de la función sanitaria. Pero luego la distribución y elaboración de comida, está teniendo la mayor trascendencia. Al día de hoy se han distribuido más de 3,5 millones de raciones individuales. Hay más de 47.000 efectivos involucrados. Es como el iceberg, ves una cantidad de gente distribuyendo, volando, controlando temperatura, lo que sea, pero detrás hay toda una estructura logística. El Hércules vuela con una tripulación de 10, 12 hombres, pero para eso hay una cantidad de personal en tierra.

 

  -¿La Matanza sería el punto de mayor intervención?

 

-Si, por superficie, magnitud y medios empeñados.

 

  -Hay experiencias en misiones de paz, ¿se parece?

 

  -Lo más parecido puede haber sido a una misión como Haití, o Chile en alguna catástrofe que se dio apoyo. De hecho el comandante a cargo de la operación en el conurbano fue jefe del batallón del Ejército en Haití. Es motivador ver la forma en que son recibidos los efectivos militares. Vamos desarmados y con presencia policial, pero no tengo conocimiento que haya habido incidente de algún tipo. Se ha desarrollado un expediente con Naciones Unidas, en otras zonas también como en los Balcanes [en los años 90], las tropas de paz argentinas son reconocidas por saber entablar una buena relación con la gente, no sé si será por nuestra característica de latinos.

 

- ¿Cree que hay peligro de inestabilidad regional por la crisis que hay en Brasil con la pandemia? Hace unos días Colombia también llevó tropas a su ciudad de Leticia, fronteriza con Tabatinga, en Brasil.

 

- Las fronteras no es responsabilidad nuestra sino de seguridad. La situación de Brasil, comparto la preocupación. Los estados que están más complicados no son los que tienen frontera con nosotros sino los del norte. No obstante las fuerzas armadas brasileñas son las más importantes de Sudamérica, no se van a ver sobrepasadas.

 

Se suele escuchar seguido: “Para qué queremos fuerzas armadas”. ¿Qué respuesta daría?

 

  -Las Fuerzas Armadas, quizás es el razonamiento más duro pero es así, son una institución de la República establecida por la Constitución Nacional. Lógicamente que en una zona en términos estratégicos de baja conflictividad como puede ser el Atlántico Sur, donde con nuestros vecinos tenemos una buena relación, no existe una percepción diaria de la necesidad de la función defensa. Pero lo que estamos haciendo y que tan buena aceptación tiene ante la sociedad, lo podemos hacer porque estamos preparados para algo más complejo y de riesgo, que son las operaciones militares.

 

- ¿Y la defensa, específicamente?

 

- La necesidad del instrumento militar, la Argentina es el octavo país del mundo en superficie que tiene un litoral marítimo cinco veces superior a la superficie terrestre, que tiene proyección hacia el continente antártico, que tiene una parte de nuestra porción territorio -constitucionalmente así expresado- bajo dominio de una potencia extranjera, y con montón de recursos que son bienes que se deben proteger. Tenemos mucho por defender.

 

- ¿Es de los que piensa que después de esta pandemia el mundo cambiará? ¿Podría afectar a los militares?

 

- No me atrevería a decir que va a ser el mismo mundo, por lo menos no exactamente igual. No sé cómo va a quedar en términos de relaciones de potencias, superpotencias, si va a ser polar, multipolar, cuál va a ser la relación entre los principales actores de la escena internacional. De ello se va a desprender cuál va a ser el instrumento militar necesario para ese escenario.

 

-Han pasado muchos eventos en los últimos lustros, que presagiaban escenarios y cambios pero siempre el recurso declinó para las fuerzas y siempre el camino fue de ir achicando.

 

-Sí, pero este año pasó algo, realmente entramos en operación y la sociedad percibió la necesidad, las encuestas así lo marcan. Esto yo no le veo mucha diferencia con los resultados de una guerra bacteriológica. O sea que el ambiente QBN (químico, bacteriológico, nuclear), existe. En el mundo existen armas biológicas.

 

 -Igual el presupuesto sigue en niveles de subsistencia.

 

-Los niveles presupuestarios no son los necesarios, eso es claro. Y como decís venimos de una tendencia histórica. Pero también es cierto que esta vez tenemos un instrumento que nos permite ver con optimismo el futuro. El concepto del FONDEF (Fondo para la Defensa, sancionado por ley a fin del año pasado), que un ministro (Agustin Rossi, que fue su impulsor) se hiciera cargo con una herramienta de este tipo. Habla de consciencia de la necesidad de invertir en el instrumento militar. En términos de porcentaje de PBI que hoy está cerca de 0.8, sería razonable pretender que en 4 años alcanzar el 1% y luego será responsabilidad de quienes sigan llegar a los estándares regionales, que está en 1.2, un valor más adecuado.

 

 - ¿Sigue habiendo juicios por el pago de salarios con suplementos no remunerativos, “en negro”?

 

  -Sí. Se mejoró en la gestión anterior, hubo un pequeño avance en reducir la brecha entre lo que es el salario en blanco y los suplementos, pero todavía queda una cantidad, por eso el principal objetivo es solucionarlo y es intención de la conducción política de Defensa como también la preocupación de los Jefes de Estado Mayor. Es estratégico por las implicancias. El Estado está pagando mucho dinero en sentencias. Y por la parte que no está en blanco no se pueden llevar aportes a la obra social, que se desfinancia.

 

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   -Cuando se ve de afuera a las Fuerzas Armadas hay un pensamiento que lleva aún a la década del 70, las dictaduras, la represión ilegal. ¿Dónde está en el militar promedio ese pasado, qué es lo que le preocupa?

 

-Es difícil expresar esto. Para que tengas una idea, mi primer día de oficial en el año 83, en la unidad militar como oficial subteniente, el presidente era el doctor Raúl Alfonsín. De ahí en adelante no conocí otra variante.

 

-A fin de 1983 egresó del Colegio Militar...

 

 -Exacto. Toda mi vida de oficial la realicé y soy el más antiguo de las tres fuerzas, no hay nadie hacia abajo en otra situación, toda la carrera en democracia. Si a mí me cuesta a veces leer o escuchar cosas respecto de la conexión de las Fuerzas Armadas con el pasado, imagino para la gente que ingresa hoy, tenientes, capitanes, sargentos, o soldados que se incorporan. En la vida y la actividad diaria nuestra nos parece extemporáneo seguir hablando de eso, una película que pasó y es en blanco y negro. Creo que desde diciembre del 90 las Fuerzas Armadas dejaron de tener cualquier tipo de injerencia.

 

  -Se refiere al 3 de diciembre de 1990, cuando se reprimió el alzamiento carapintada, como punto de inflexión.

 

-Fue el último de los movimientos… A partir de ahí no hubo nunca más un levantamiento.

 

-Martín Bonnet era jefe del Ejército, y Martín Balza el subjefe, que recupera Palermo usando incluso artillería. ¿Dónde estaba usted?

 

-Yo era teniente, estaba en Campo de Mayo. Los militares de hoy cuando se nos habla del pasado nos parece… poco moderno. La inquietud es lo que te digo, la gente ingresa porque quiere desarrollarse como profesional, en una fuerza militar, ya sea en el aire, tierra o en el mar. Y quiere prepararse, para defender a la patria, que la patria se defiende en el peor de los casos a los tiros, pero hay una gama enorme de situaciones entre las cuales nos encontramos hoy con la pandemia. No es un fin en sí mismo tirar tiros, ni todas las operaciones militares son cruentas.

 

- ¿Entonces?

 

Hay una profunda vocación de servicio, y lo que se pretende es un presupuesto para disponer de materiales adecuados, nadie pretende de última generación pero sí acordes a lo existente en la región, un salario digno. Y que al momento del retiro tener un cierre de ciclo que sea digno.

 

- Hay una situación muy compleja con el IOSFA, la obra social de las Fuerzas Armadas.

 

- Así es. Compartimos una seria preocupación los jefes de Estado Mayor y el ministro (Rossi). Existe una deuda consolidada muy seria, de 4.600 millones de pesos, que se produjo por una conducción ineficaz e irresponsable de la gestión anterior, el presidente de la Obra Social es elegido por el Ministerio, no por los militares. En la gestión anterior se produjo una tormenta perfecta, una tercerización de las prestaciones. Produjo un desfinanciamiento de nuestros hospitales militares. Está en vías de solución pero es traumático. Se está renegociando un montón de deuda y cortando prestaciones. Va a llevar tiempo. Es la quinta obra social del país.

 

Un comando y paracaidista que busca recuperar la profesión militar

Juan Martín Paleo es un militar “ de acción”, si en eso puede traducirse haber hecho casi toda su carrera en las fuerzas especiales. Como subteniente hizo el curso de comando, y aún se ejercita en salto en paracaídas, porque “está probado”, afirma, que el jefe debe seguir saltando, para “traccionar” la aptitud en sus subordinados. Nació en Jujuy hace 58 años porque su padre, hoy coronel retirado, estaba destinado allí, aunque la familia es oriunda de Trenque Lauquen. Era un bebé cuando su madre falleció trágicamente, en un accidente automovilístico.

 

Su llegada a “número uno” de las Fuerzas Armadas es significativo de la renovación porque su promoción -y no puede haber oficial más “antiguo” que él- egresó del Colegio Militar, cuando se recuperaba la democracia en diciembre de 1983. También implica que ya no habrá, como en los últimos 10 a 15 años, muchos jefes militares veteranos de Malvinas.

 

El general Juan Martín Paleo, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. durante la entrevista con Clarín en el Edificio Libertador. Foto German Garcia Adrasti

El general Juan Martín Paleo, Jefe del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA. durante la entrevista con Clarín en el Edificio Libertador. Foto German Garcia Adrasti

Pensó que lo destinarían a la Patagonia, donde estaban las unidades más potentes y numerosas, pero alguien vio “jujeño”, le quiso hacer el favor... y su primer destino fue Tartagal (Salta), de donde guarda los mejores recuerdos y una anécdota reciente con la que ilustra la necesidad imperiosa de reequipamiento. Ya general e Inspector General del Ejército, volvió hace dos años a su vieja unidad para una inspección y encontró -funcionando, eso sí- el mismo viejo camión Unimog.

 

Paleo fue jefe de la custodia del jefe del Ejército, Martín Bonnet, y de su sucesor, Martín Balza, a principios de los 90. Eran tiempos difíciles y con Balza -el general que con su célebre autocrítica de lo actuado en los años de la represión ilegal marcaría un antes y un después- se tomaban estrictas medidas de seguridad.

 

A Paleo le preocupa la retención del personal, porque el atraso salarial ha dejado a los militares muy por debajo de los ingresos de las fuerzas de seguridad, adonde muchos emigraron en los últimos años.

 

Destaca que en la pandemia, los retirados (la gran “reserva”) piden volver para colaborar. Pero hacia adelante afirma, y sostiene que es un objetivo compartido con la conducción política de Defensa: “Nuestra gestión apunta a aquellos aspirantes, cadetes, que ingresaron a las escuelas de Aviación Militar, al Colegio Militar de la Nación y a la Escuela Naval en febrero de este año y que son los brigadieres y almirantes del 2055. Ahora ¿cómo hacemos para que en 4 años que terminen su formación y van a pretender volar, navegar o tener instrucción militar terrestre, si ven que no pueden hacerlo? Van a tener frustración profesional, si a eso se suma el salario insuficiente, lo más probable es que se vayan a otro lugar. Y es lo que nos ha pasado en los últimos años con una gran cantidad de gente que se nos fue a fuerzas de seguridad. Uno de nuestros objetivos es equiparar los salarios a las fuerzas de seguridad”.

 

Itinerario

El general Juan Martín Paleo nació el 4 de mayo de 1962 en Jujuy, donde su padre estaba destinado por el Ejército. Del arma de Infantería, se formó como comando, estuvo años en la Compañía 601, y llegó a ser jefe de la 602 de comandos, del Regimiento de Asalto aéreo de Campo de Mayo y ya como coronel, de la Agrupación de Operaciones Especiales. Fue comandante de la IV Brigada Aerotransportada, agregado militar en China, y comandante de la Fuerza de Despliegue Rápido, asumiendo en esa posición la seguridad de la Cumbre del G-20 de Buenos Aires en 2018. Es padre de tres hijos varones, de su esposa Daniela, que falleció.

 

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