Algunos ex funcionarios que no constituyen -ni por edad ni por enfermedades- población de riesgo en los penales vuelven prontamente a sus casas. Otros peligrosos delincuentes incendian y destrozan la cárcel para presionar a las autoridades, poniendo en vilo a víctimas y demás ciudadanos.
¿Cómo puede ser que a un excomisario de 90 años o personas mayores con cáncer u otras patologías acusados por delitos de "lesa humanidad" se les niegue la prisión domiciliaria ante esta pandemia? Ellos han combatido la subversión hace más de 40 años y en su mayoría han cumplido órdenes de una presidenta constitucional para defender a su patria. Estos delitos de los que se los acusa no existían en las leyes de aquel momento.
Señores jueces, con todo el respeto que su investidura me merece, ¿no podría ser acaso un delito de lesa humanidad dejar encerrada a gente tan mayor y vulnerable en estas circunstancias?
Aclaro que no tengo familiares en esa situación, pero ya lo dijo el Papa: "Todos estamos en la misma barca", y solo con justicia encontraremos la paz.
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