Los manifestantes, muchos convocados por las redes sociales, aclamaron a Bolsonaro que, subido a una camioneta frente a las puertas del imponente Cuartel General del Ejército, en el barrio militar de Brasilia, les manifestó su apoyo con consignas antipolítica.
“ Estoy acá porque creo en ustedes. Patriotas tienen que creer y hacer su parte para poner a Brasil en el lugar que merece y acabar con esta indecencia. Es el pueblo en el poder. Para garantizar nuestra democracia y aquello que hay más de sagrado entre nosotros que es nuestra libertad. Esos políticos tienen que entender que están sometidos a la voluntad del pueblo ”, dijo Bolsonaro, cada vez más enfrentado con los líderes del Congreso y los principales gobernadores de Brasil.
“ Basta de la vieja política. No queremos negociar nada, queremos acción por Brasil ”, agregó el mandatario en una parte de su arenga.
En sus mensajes a favor de liquidar la democracia brasileña, los manifestantes pidieron reeditar el llamado Acto Institucional 5 (AI-5), el emblemático decreto de 1968 de la dictadura que gobernó entre 1964 y 1985 y por el que se revocaron derechos fundamentales, se instaló la censura y se otorgó al presidente de la época, el mariscal Artur da Costa e Silva, el derecho de anular mandatos de legisladores e intervenir estados y municipios.
Dos jueces del Supremo Tribunal Federal, Gilmar Mendes y Luis Roberto Barroso, con históricas divergencias recíprocas y que han mantenido homéricos choques en sesiones del tribunal, se unieron en repudio a los mensajes pro-dictadura, rechazados también por los gobernadores de San Pablo, Joao Doria, y de Río de Janeiro, Wilson Witzel, los estados de Brasil con más muertos por Covid-19.
“ Asusta ver manifestaciones por la vuelta del régimen militar tras 30 años de democracia. Defender la Constitución y las instituciones democráticas forman parte de mi papel y de mi deber ”, dijo Barroso.
El magistrado citó a Martin Luther King asegurando que “ peor que el grito de los malos es el silencio de los buenos ”.
Y agregó Barroso que “ sólo puede desear la intervención militar quien perdió la fe en el futuro y sueña con un pasado que nunca hubo. Dictaduras vienen con violencia contra los adversarios, censura e intolerancia. Las personas de bien y que aman a Brasil no desean eso ”.
El juez Mendes endosó el mensaje de su colega y aseguró que “ invocar el AI-5 y el retorno de la dictadura es rasgar el compromiso con la Constitución y con el orden democrático ”.
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, lamentó que en Brasil, además de luchar contra el coronavirus, se tenga que pelear contra “el virus del autoritarismo”.
Doria, en tanto, repudió los ataques al Congreso Nacional y al Tribunal Federal y consideró “lamentable” que un presidente apoye un acto antidemocrático, mensaje fue compartido después en una carta por 20 de los 27 gobernadores del país.
Además de la manifestación en Brasilia, simpatizantes del gobierno realizaron durante el fin de semana caravanas de autos en San Pablo, Río de Janeiro y Manaos en defensa de la apertura del comercio y las escuelas.
Para el politólogo Alberto Carlos Almeida, Bolsonaro no tiene poder ni apoyo suficientes para cristalizar los deseos de los manifestantes. “ Son posiciones retóricas ”, dijo.
“ No tiene condiciones de hacer eso. Le gustaría, piensa en eso, pero no puede. Entonces lo que busca es atender una demanda que existe en el electorado por un líder fuerte, que enfrente los grandes intereses y el sistema, que luche contra la corrupción y supuestos intereses ocultos. Es diferente de convertirse en dictador ”, concluyó el analista, previendo que el Congreso le dará como vuelto el rechazo a sus proyectos.