República Argentina: 8:39:54pm

El 17 de enero, Pyongyang y Seúl acordaron que los atletas de ambas Coreas desfilarían juntos bajo la bandera de la unificación coreana en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Además,  se acordó la creación de una selección conjunta femenina de hockey sobre hielo. 

El combinado norcoreano estuvo integrado por 22 atletas. Corea del Norte (RPDC) confirmó que su delegación nacional en los Juegos Olímpicos de Pyeongchang  estaría encabezada, como así fue,  por la hermana del presidente de la Asamblea Suprema del Pueblo Kim Yong-nam. En un comunicado posterior, el gabinete de la presidencia surcoreana aseguró que Seúl está dispuesto a negociaciones de alto nivel con el vecino del Norte. 

Para los observadores internacionales, las negociaciones directas entre las dos Coreas muestran  que Pyongyang está dispuesto  a mantener un diálogo pacífico con Seúl  y evitar una escalada militar en la península. Las consultas directas entre los representantes de las dos Coreas están orientadas  a mantener la estabilidad y en cierta medida a disminuir la tensión, en momentos en que la posibilidad de un conflicto militar se había tornado potencialmente alta, situación que persiste. De hecho, hay una ventana muy pequeña que está abierta. 

En este plano los mismos analistas coinciden en que la tensión se incrementó considerablemente debido a las incesantes maniobras militares de los Estados Unidos en la región y  el despliegue del Escudo Misilístico norteamericano THAAD en Corea del Sur. 

El Sistema THAAD (por las siglas en inglés de Defensa Terminal del Área a Gran Altura) está diseñado para detectar misiles con radar terrestre e interceptarlos a una altitud de entre 40 y 150 kilómetros. 

Aunque formalmente Estados Unidos apoya el proceso de paz, las actitudes del presidente Trump abren la duda sobre si realmente les interesa y, al mismo tiempo, el descenso de la tensión en la península de Corea no corresponde a los planes a largo plazo de  Estados Unidos. Por eso, dicen los analistas,  las “provocaciones” de Washington demoraron el inicio del diálogo entre Seúl y Pyongyang. 

En ese sentido sostienen que si Estados Unidos no hubiera llevado a cabo “actividades provocativas”, el diálogo habría empezado muchos antes. EE.UU. se propone asfixiar a Corea del Norte con las sanciones. Ese es su plan. El cese de los suministros de petróleo y sus derivados a Corea del Norte supondrá un bloqueo total a este país. En Corea del Norte existe ahora una grave escasés   de  nafta y diesel que podría provocar serios problemas, incluso en el ámbito humanitario.

 Las cuotas establecidas por la última resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, permiten suministrar a Corea del Norte unas 540.000 toneladas de crudo al año, a través del oleoducto de China y un poco más de 60.000 toneladas de productos derivados del petróleo de Rusia, China y otros países. Sesenta mil toneladas de productos derivados del petróleo al año para un país con una población de 25 millones de personas, es muy poco, es imposible reducir más. Por su parte, los representantes oficiales de Pyongyang declararon en repetidas ocasiones que Corea del Norte calificará el bloqueo como una declaración de  de guerra con todas sus consecuencias.

Algunos analistas consideran que la actual mejora en las relaciones entre Corea del Norte y Corea del Sur podría poner en riesgo los intereses de Estados Unidos en la península coreana. Consideran que la creciente tensión en la península de Corea es una excusa para que EE.UU. desarrolle su presencia militar en la región. Si las negociaciones entre las dos Coreas se llevan a cabo con éxito, la posición del presidente de EE.UU. Donald Trump, se vería seriamente afectada en relación a la cuestión coreana. Si el diálogo conduce a la reanudación de proyectos económicos conjuntos coreanos, el efecto de las sanciones internacionales puede reducirse. 

Por eso, aseguran,  los Estados Unidos no dejarán de presionar a Corea del Norte. EE.UU. estima la cantidad de ojivas nucleares de Corea del Norte: ¿por qué lo hace ahora?, se preguntan. No es una casualidad que esta información  aparezca precisamente ahora. Washington utilizará estos datos en la guerra de información para aumentar la presión y la escalada de tensión en la península de Corea. 

La noticia ha salido ahora para sabotear las negociaciones entre Corea del Norte y del Sur. Para Pyongyang las “declaraciones  contradictorias” de EE.UU. provocan acciones  de Corea del Norte. La presión ejercida sobre Pyongyang para obligarle a renunciar a sus programas nuclear y balístico es el elemento fundamental de la política coreana  de Washington y por eso la presión continúa. 

El “flexionar de músculos” de EE.UU. y sus aliados en la región, disminuye considerablemente las posibilidades de lograr una distensión en la península de Corea y de encontrar vías de solución política y diplomática del conjunto de problemas coreanos.

La situación es bastante complicada. Si el proceso de negociaciones pacíficas va bien, la doctrina de disuasión de la RPDC efectuada por Donald Trump dejará de ser eficaz. Si el diálogo da lugar a la reanudación de los proyectos económicos conjuntos de Corea, el efecto de las sanciones internacionales puede reducirse significativamente, se podrá hablar de la restauración del tráfico ferroviario en toda la península, la construcción de oleoductos y gasoductos, la reanudación del proyecto del Complejo Industrial de Kaesong, etc. 

En conclusión, la creciente tensión en la península de Corea es considerada una excusa  para que Estados Unidos desarrolle allí su presencia militar, estratégicamente dirigida contra China y Rusia. Mientras que el alivio, producto de los últimos entendimientos entre los dos Coreas, por ahora lo impide, concluyen los analistas consultados..

 

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