La nota de Ambito expresa:
El titular de la Fuerza Aérea, Enrique Amreim motorizó cambios en la estructura de mando del edificio Cóndor. Con el sí del ministro Oscar Aguad a su continuidad como mandamás de los aviadores, el jefe aeronáutico desplazó en un tris a los 4 oficiales superiores más antiguos que lo sucedían en la pirámide de la fuerza. Despidió a los brigadieres mayores Fernando Nieto, Héctor Ascazuri, Oscar Charadia y Víctor Broccoli. A partir de ahora los escuderos elegidos son los brigadieres Alfredo Testoni subjefe de la fuerza, Alejandro Amoros, comandante de Alistamiento y Adiestramiento, el puesto más codiciado porque gestiona la operatividad de la fuerza, sus medios de combate y, Mario Rovella, inspector General, otro cargo sensible, se encarga de relevar las falencias y novedades tanto del material aéreo como de personal y funcionamiento de toda la fuerza y recomendar las correcciones. Es quien le cuida la espalda al jefe del arma ante señalamientos de la política. Por caso, en la Armada, la tragedia del submarino San Juan permitió conocer que hubo anticipos de novedades técnicas en distintos sistemas que fueron subsanadas y otras que por su menor riesgo podían ser diferidas, como la entrada a dique seco que había sido programada para este año. El contenido de esos informes fue utilizado con cierta maña por el exjefe naval Marcelo Srur para deslindar responsabilidades en el excomandante de Alistamiento y Adiestramiento contralmirante Luis López Mazzeo y en el excomandante de la Fuerza de Submarinos, capitán de navío Claudio Villamide y quedar a cubierto del reproche en la Justicia. Se sabe que la publicidad de las novedades halladas en la inspección al ARA San Juan movió a las oficinas gemelas de la Fuerza Aérea y del Ejército a revisar con cuentahílos los informes de sus propios equipos. El titular de los aviadores tiene que sobrellevar una lista numerosa de "acaecimientos" en las inspecciones de casi todos los sistemas en vuelo, el más crítico es el de los aviones A4-AR Fightinghawk. Sin reposición de pirotecnia para los asientos eyectores, los únicos 4 aparatos en operación podrían quedar en tierra antes de que se los asigne al esquema de protección aérea previsto para la reunión de mandatarios del G-20. Rovella llega apalancado por su amistad con el exsecretario de Logística del ministerio de Defensa, el radical puntano Walter Ceballos con quien trabajó hasta que el funcionario dejó el cargo. La tijera de Amrein con los brigadieres mayores eludió una posición en el Instituto de Vivienda de la Fuerza Aérea (IVIFA) que según la normativa de creación en vigor (Ley N° 22.082 y decreto de reglamentación N°3.377/79) debe ser cubierto por un oficial superior en actividad del grado de brigadier mayor o brigadier y que está ocupado por el brigadier mayor (R.S.) Claudio Trisano. Este oficial superior ejerce en condición de "retirado en servicio" (acrónimo R.S.) una situación prevista en el artículo 62 de la ley de personal militar N°19-101 y que permite a oficiales o suboficiales pasados a retiro ordinario volver al servicio activo.
Por su parte La Nación, dijo:
El jefe de la Armada, vicealmirante José Luis Villán, descabezó la cúpula naval que ocupaba los principales cargos de comando y estableció una nueva cadena de mandos, formada por varios hombres de su misma promoción. Con la nueva conformación, no queda en la conducción superior ninguno de los oficiales que tenían responsabilidades al producirse la desaparición del submarino ARA San Juan, en noviembre último.
Según pudo saber LA NACION, acompañará a Villán como subjefe de la Armada el vicealmirante Francisco Javier Medrano, que ya cumplía la función interinamente desde diciembre y dirigía el área de Planes, Programas y Presupuesto. Será comandante de Adiestramiento y Alistamiento, el principal cargo operativo, el contraalmirante Osvaldo Andrés Vernazza, quien se desempeñaba como director general de Comunicaciones e Informática y además será propuesto para un ascenso. Los nombramientos tienen que ser aprobados por el ministro de Defensa, Oscar Aguad.
Para fortalecer su esquema de conducción, Villán propuso ascender al grado de vicealmirante, además de a Vernazza, a otros tres contraalmirantes: Eduardo Alberto Fondevila Sancet, jefe de Logística en el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas; Pedro Eugenio Galardi, que pasará a conducir el área de Salud, y Eduardo Luis Malchiodi, ratificado como jefe de Mantenimiento y Arsenales.
Con base en Puerto Belgrano, Vernazza ocupará el puesto del contraalmirante Luis López Mazzeo, que fue puesto en disponibilidad al iniciarse la investigación interna sobre lo que pasó con el submarino. Al igual que el comandante de la Fuerza de Submarinos, Claudio Villamide, López Mazzeo sigue suspendido, a pesar de que quien le aplicó la suspensión -el exjefe de la Armada, almirante Marcelo Srur- fue desplazado de su cargo.
El ministro Aguad le sugirió a Srur en diciembre que revisara ambas suspensiones, por haber omitido un informe que calificaba el estado del submarino con una evaluación positiva y como buque habilitado. Pero lo cierto es que Srur se fue, ambos comandantes siguen suspendidos y la renovación de las autoridades navales no contempla sus reincorporaciones.
Los que no permanecerán en la conducción naval serán los cuatro comandantes navales que habían pedido el pase a retiro, en solidaridad con López Mazzeo.