Versiones de prensa difundidas en los últimos días dieron cuenta de una supuesta “pelea” entre las dos fuerzas por hacerse de esos aparatos, pero la especie fue rotundamente desestimada.
Por el contrario dijeron que la aviación naval cuenta con toda la infraestructura y logística de mantenimiento que le permitió mantener activas a esas aeronaves en los últimos 40 años, desde su adquisición a Francia hasta su reciente virtual desprogramación. De hecho solo hay un aparato activo y otros dos parados para repuestos. Los aparatos franceses ahora comprados permitirán reactivar el adiestramiento.
La Fuerza Aérea, en cambio, concentra todos sus esfuerzos en impulsar la fabricación de los aviones Pampa, punto de partida en la progresiva y nada fácil tarea de lograr un parque de pilotos de combate que le permita alcanzar los rangos de excelencia obtenidos en Malvinas.