El ataque al Regimiento, el segundo en poder de fuego de todo el país fue perpetrado por guerrilleros montoneros que estaban convencidos de que los soldados de guardia, que cumplían con el servicio militar obligatorio, entregarían las armas.
Pero no fue así: en apenas media hora de combate, hubo veinticuatro bajas, doce guerrilleros y doce defensores del cuartel, entre ellos diez conscriptos o "colimbas". También murió el soldado que abrió las puertas del cuartel, Roberto Mayol, un santafesino que estudiaba abogacía y era "oficial segundo" de Montoneros.