Una fuerte polémica atraviesa a los 40 pisos del edificio Alas, la emblemática torre de Retiro donde viven más de 200 familias de la Fuerza Aérea, porque las autoridades quieren echar en tres meses a todas las mascotas. Además, les han prohibido usar los ascensores entre las 7 y 20. Si los dueños no bajan y suben decenas de pisos por escaleras, los perros no pueden ser paseados a la luz del día y quedan “prisioneros” en los departamentos.
La situación causa indignación pero la polémica es silenciosa, porque los habitantes del Alas son personal aeronáutico y las disposiciones no se hacen por asamblea o reglamento de copropiedad, sino por orden militar.
Aunque contraría legislación nacional (la ley de Propiedad Horizontal no prohíbe la tenencia de mascotas) y jurisprudencia favorable a la tenencia de perros en casos que han llegado a la Justicia, los habitantes del Alas no podrían recurrir a la Justicia sin riesgo de ser expulsados del edificio o ver afectadas sus carreras militares.
Al menos unos 25 a 30 perros (según cálculos de fuentes consultadas) padecen desde hace más de tres meses un casi obligado encierro “en la torre”, como en las historias medievales. Clarín conoció la noticia por una conmovedora “carta” de “Pancho”, uno de los caninos en cuestión.
“Son más de 36 pisos donde vivo y debo subir y bajar escaleras si quiero salir a la calle de día, caso contrario debo hacerlo únicamente, después de las 20 y antes de las 8 del día siguiente, porque ese es el único momento en que tengo autorizado el uso del montacargas”, escribió “Pancho”, a través de su dueño, denunciando la insólita situación.
Cuando logra salir “ese día vuelvo a nacer... tengo una GRAN ALEGRIA, poder ver el sol, sentir el viento, ver el poco pasto de la ciudad o ver gente caminando a mi lado”.
El perro relata las desventuras de algunos de sus pares caninos, enfermos o viejos, que no pueden bajar y subir por escaleras, se agitan por la edad o sufren al no poder contener por horas el orín o la caca. La situación se complica más si los dueños no están en condiciones físicas de afrontar las escaleras.
“Han implementado un sistema de horarios nocturnos para nuestro exterminio, lento y seguro, pues debemos viajar en el montacargas únicamente, no importa el piso en que vivas, en el horario de 20 a 8, así cuando el último de nosotros se muera, nadie va a ingresar con mascotas con estas restricciones”, se queja amargamente “Pancho”.
Clarín dio cuenta en agosto de 2015 de que por la crisis presupuestaria de la Fuerza Aérea, se daba la insólita situación de que en el Alas, un rascacielos que hasta 1994 fue el más alto de la Ciudad, podían pasar días enteros sin que funcionara ninguno de sus seis ascensores (dos son de servicio) y el montacargas.
Arreglado este año el problema de los medios de elevación, las autoridades aeronáuticas quieren echar a las mascotas.
En el Alas hay un “Jefe Militar” del edificio, el comodoro Eduardo David Capelli, quien reporta al área de vivienda de la Dirección de Personal aeronáutico. Su prusiana “orden del día” del 1° de diciembre fija la “prórroga de tenencia de mascotas” por cuatro meses; y los “horarios de traslado de mascota” (sic). Prohíbe además bicicletas y carros de supermercado en los ascensores nuevos.
Según esa orden, hay dos horarios matinales y dos nocturnos para uso del montacargas. La estrechez de media hora estipulada para "descenso" y "ascenso" deja una “ventana” de apenas diez minutos para pasear al animal y que pueda hacer sus necesidades, indicaron habitantes del Alas. También revelaron que el Jefe Militar del Edificio llegó a pedir sanción disciplinaria para un oficial porque su padre bajó por el ascensor con el perro a cuestas.