En este fin de semana tan particular, donde la mente y sentimientos de la mayoría de los argentinos están indudablemente en otro lado, TIEMPO MILITAR recuerda con emoción y cariño a los gloriosos pilotos de nuestra Fuerza Aérea, que tuvieron su bautismo de fuego el Primero de Mayo, como a los abnegados marinos del Crucero General Belgrano, torpedeados y hundidos apenas unas horas después, el dos de mayo, en las frías aguas del Atlántico sur.
Fueron horas de dolor y gloria para centenares de argentinos que fueron a la muerte sin pedir nada a cambio. Muchos de quienes combatieron y sobrevivieron, en algunos casos gravemente heridos a esas feroces acciones, hoy padecen el escarnio y la cárcel fruto de una mirada interesada y mezquina de la tragedia vivida en la lucha contra la guerrilla.
Otros, ya en la parte final de sus vidas, solo miran sus medallas y testimonios humedecidas por las emocionadas lagrimas del recuerdo.
Desdichados los pueblos que olvidan a quienes lucharon por la libertad que hoy disfrutan y que a diario se empeñan por hipotecar sobre la base de la mezquindad y la mentira. Quiera el Altisimo tener en su lugar de privilegio a quienes, cuando fueron llamados, estuvieron a la altura de las circunstancias.