Consciente de que no sería alcanzado por los proyectiles que le efectuaban, un buque chino que pescaba ilegalmente en aguas juridiccionales argentinas fue tiroteado por un guardacostas dela Prefectura Naval Argentina, al que tuvo a maltraer durante cuatro días, hasta que la tripulación, aparentemente con la carga completada, decidió ir con el barco a aguas internacionales. La tripulación no hizo caso a las advertencias pese a que le dispararon de día y de noche, a metros de la proa, durante esos cuatro días.