República Argentina: 11:35:49pm

Por Edgardo Aguilera publicado en www.mdzol.com

Los viajes de una aeronave británica por la zona de las islas generaron entredichos entre dirigentes de la oposición y el ministro Petri. Los informes reservados de Cancillería.

Dos informes militares dieron precisiones sobre los vuelos del avión británico alrededor de Malvinas

La Secretaría de Malvinas, Antártida, Política Oceánica y Atlántico sur de la Cancillería, a cargo de Paola Di Chiaro, recibió dos informes, uno con clasificación de seguridad, respecto del vuelo de un avión de la fuerza aérea británica en aguas adyacentes a las Islas Malvinas.

El primero elaborado por “el Pozo Merlo”, así se conoce al centro de operaciones donde funciona el Sistema Nacional de Vigilancia y Control Aeroespacial (SINVICA), que reúne la información de los radares instalados en todo el territorio argentino y de otros medios de Armada, Ejército y Prefectura. El segundo informe fue del Comando Conjunto Aeroespacial, conducido por el brigadier Plinio Poma, bajo la órbita del titular del Estado Mayor Conjunto, brigadier general Xavier Isaac.

En esencia su misión es controlar el espacio aéreo argentino con todos los medios coordinados de las fuerzas, es la máxima autoridad de gestión del SINVICA.

La aeronave británica matrícula ZM421, un Airbus Atlas cuatrimotor que usa el indicativo Gryzzly, hizo 2 vuelos. Uno fue el 13 de enero, de 3 horas y 49 minutos; el segundo, el 14 de enero, de 3 horas y 32 minutos circunvalando las Islas Malvinas.

La información que dio lugar al entredicho por reclamos de gestión soberana entre oficialismo, Luis Petri, y oposición, Guillermo Carmona y Agustín Rossi, surgió de los datos que proporciona la plataforma comercial Flightradar24 dedicada a mostrar el tráfico aéreo mundial en tiempo real.

El informe girado a la Cancillería por el Comando Conjunto Aeroespacial concluye que: “Este caso del Airbus A400M Atlas que generalmente se suele emplear para operaciones en diferentes sectores alrededor de las Islas Malvinas no ha sobrevolado espacio aéreo argentino ni interrumpido norma internacional que merezca especial atención”.

“La aeronave está basada en las Islas Malvinas los vuelos son rutinarios en las inmediaciones de las islas y de la zona marítima adyacente y se los controla diariamente por parte del Estado Argentino”, continúa.

El análisis de las operaciones aéreas del Airbus Atlas elevado por el Pozo de Merlo refiere que “se realizaron en una zona en la que el espacio aéreo se encuentra clasificado como Clase Golf”, cita características de esa zona con arreglo a la normativa internacional, entre ellas que “no está sujeta a autorización ATC (AirTraffic Control)”.

Se entiende que no requiere permiso del control de esa región que está bajo jurisdicción de la FIR (Flight InformationRegion) Comodoro Rivadavia. También dice: “Cabe destacar que estas fuentes pueden presentar errores en el detalle de la navegación realizada”, en referencia al portal Flightradar24 y otras similares.

Amplía detallando que el avión matrícula ZM421 cumplió cinco vuelos previos los días 2, 4, 6, 7 y 10 de enero que se extendieron entre 3 y 5 horas de duración.

Confianza mutua

La aeronave británica en cuestión se movió en espacio aéreo de libre circulación, pero sobre una zona marítima de interés nacional es la pieza que faltaría ameritar aunque quizá sin las estridencias de la retórica malvinera.

Podría achacarse que incumplió normas reguladas por la OACI (Organización de la Aviación Civil Internacional) de aplicación a todas las aeronaves en tanto habría apagado el transponder, equipo que previene colisiones entre aviones.

En la Declaración Conjunta del 15 de febrero de 1990 conocida por Acuerdo de Madrid II se establecieron medidas de confianza mutua en el plano militar.

El punto III “Información recíproca sobre movimientos militares” dispone que las partes tienen que proporcionar por escrito con una anticipación mínima de 25 días información de movimientos militares en determinadas áreas.

Para el caso de aeronaves el acuerdo fija el preaviso para “movimientos de fuerzas aéreas compuestas por 4 o más aviones”.

Los vuelos cuestionados del Gryzzlyquedan fuera de esa medida al tratarse de un solo avión.

El conflicto irresuelto con el Reino Unido acerca de la soberanía sobre el territorio de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos correspondientes y que se trató de una aeronave militar británica puso la pimienta para la puja política, hay asuntos que parecen de mayor preocupación pendientes de distintos gobiernos.  

No hubo detección ni seguimiento de la aeronave británica por parte de radares propios (lo dice el informe del pozo de Merlo).

El único equipo con posibilidad de detección en esa zona es el radar RPA-170M en Río Grande, provincia de Tierra del Fuego, que comenzó a operar en mayo de 2022.

Pero es un equipo de alcance medio, 170 millas y se requiere uno con una performance mayor.

Se sabe que hay planes para sustituir el equipo instalado en Rio Grande por un modelo RPA-240T de última generación desarrollado por INVAP que tiene largo alcance de detección, 240 millas.

 

 


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