En el acto por el 201º aniversario de la creación de la Prefectura, la ministra destacó la política de seguridad implementada por el Gobierno y se pronunció a favor de la coordinación entre los sistemas de Defensa y Seguridad. Subrayó la importancia del operativo "Cinturón Sur". El Prefecto General Arce, por su parte hizo un balance de lo realizado por la institución y su proyección futura y confió en una cooperación interfuerzas frente a la nueva instancia solicitada por el gobierno nacional.
La ministra de Seguridad, Nilda Garré, presidió el jueves 30 de junio la ceremonia por el 201 aniversario de la Prefectura Naval Argentina, en la que destacó la política de seguridad implementada por el Gobierno y se pronunció a favor de la coordinación entre los sistemas de Defensa y Seguridad.
"Sabemos que el esfuerzo que exigimos a la Prefectura Naval es grande pero tenemos confianza en su profesionalismo", dijo y resaltó los desafíos que esa fuerza deberá afrontar en el futuro próximo.
En ese sentido defendió el operativo "Cinturón Sur", que anunció la Presidenta el miércoles 29 de junio y que prevé la presencia de 2.500 agentes de Prefecura y Gendarmería en la zona sur de la Ciudad.
En la Plaza de Armas de la Escuela de Oficiales de la Prefectura, Garré reiteró que el problema de la seguridad interior es tema excluyente por ley, de los organismos pertinentes bajo su jurisdicción, aunque se pronunció a favor de la coordinación entre los sistemas de Defensa y Seguridad.
Discurso de Arce
Por su parte, el Prefecto Nacional Naval expresó:
En primer lugar, quiero agradecer especialmente, a las autoridades e invitados que nos acompañan por compartir con nosotros, un día tan significativo para todos los integrantes de esta institución.
Es para mí un verdadero orgullo, conducir una fuerza integrada por hombres y mujeres, comprometidos con el más absoluto respeto a la constitución nacional y a sus principios rectores, que nos guían como funcionarios públicos al servicio de la comunidad a la que honramos.
El futuro es un acto creativo, que nace en la imaginación, y se construye desde el compromiso y el esfuerzo, sumando, las experiencias y valores del pasado.
En este sentido, resulta valioso recordar, aunque sea brevemente, ese pasado.
Nuestros comienzos están ligados íntimamente a la revolución de mayo.
Los protagonistas de ese tiempo, con sus sueños libertarios. Tenían la plena convicción de estar escribiendo, las páginas fundantes de nuestra historia.
Ese proceso político, emancipador de las autoridades hispánicas, implicó tener que decidir cómo y con quién se conformaría la estructura básica del estado naciente, que diera forma orgánica al nuevo gobierno y legitimidad jurídica a sus actos.
En este contexto y con la impronta del doctor mariano moreno, la primera junta de gobierno designó, el 30 de junio de 1810, al criollo martín Jacobo Thompson como capitán de puerto de las provincias unidas del río de la plata.
La trascendencia de actos jurídicos de esta naturaleza, fueron los que consolidaron los basamentos esenciales de una nación todavía débil y emergente, pero de inquebrantables convicciones.
Fue así como, haciendo valer el imperio del derecho sobre la fuerza, las funciones de la autoridad marítima cobraron forma y se enmarcaron en un todo legítimo e incuestionable, a través de un acto revestido de plena juridicidad.
Poco es lo que ha variado, en esencia -desde aquel reglamento de las capitanías de puerto- a lo que hoy desarrolla la prefectura como autoridad marítima del estado.
La preservación de la vida y la seguridad de la navegación, la protección de los buques y los puertos; la prevención de la contaminación de las aguas, la seguridad pública, la protección del comercio y los recursos naturales, entre otras tantas funciones, fueron y son ejes fundamentales en la labor diaria de nuestra organización guardacostas.
Somos, esencialmente, servidores públicos y honramos lo que ello implica: el respeto profundo por las instituciones y las autoridades del estado y el estricto cumplimiento de las pautas políticas emanadas por el poder ejecutivo nacional, a través del ministerio al que pertenecemos.
Con este compromiso y los valores transmitidos a través de generaciones, enriquecimos un patrimonio cultural intangible, pero vinculante, que nos enorgullece y fortalece a través del tiempo. El que tenemos la obligación de contribuir a forjar, en los jóvenes que transitan por este instituto universitario de seguridad marítima, con la avidez de hacer su aporte a la argentina de hoy.
Tenemos el convencimiento de estar formando hombres y mujeres, capaces de hacer frente a los nuevos desafíos, con políticas educativas sustentadas en principios éticos y profesionales, basados en el estado de derecho, con el solo objeto de servir a la sociedad que nos contiene.
En este sentido el transporte por agua y el comercio como fuente de crecimiento para nuestro país, torna al buque y al medio como un vector central de nuestra misión; contar con hombres y mujeres con un alto grado de preparación y tecnología adecuada, es esencial.
La inmensidad de nuestro mar y sus riquezas así lo ameritan.
Paralelamente, la Hidrovía Paraná-Paraguay y el Río de la Plata se han transformado en una arteria fundamental de nuestro comercio exterior.
En la última década el tráfico de cargas transportadas por este corredor creció de 2 a 13 millones de toneladas, proyectándose para el próximo quinquenio alcanzar los 20 millones.
En ese escenario, con directivas y lineamientos precisos discernidos por la Sra. Ministra de seguridad, nuestra institución afronta dos desafíos fundamentales:
El primero de ellos, garantizar una navegación ágil, con mecanismos eficientes de regulación de trafico, que ayuden a un achicamiento de la distancia económica –esto es minimizar costos-, habida cuenta de la inamovilidad de la distancia geográfica que nos separa de los grandes centros de consumo, sin que la seguridad y la protección ambiental se transformen en variables de ajuste para lograrlo.
El segundo, vinculado al fenómeno de la globalización, el desarrollo tecnológico de las comunicaciones y el transporte, nos obliga a concentrar nuestros esfuerzos en cuestiones inherentes al ámbito delictual.
Me refiero, a los ya conocidos ilícitos, en los que –desde siempre- venimos trabajando, como la piratería; la trata de personas; el terrorismo; el narcotráfico; el contrabando; el lavado de dinero, el tráfico de órganos humanos; denominados hoy “nuevas amenazas”
Estos delitos, en ocasiones requieren del transporte marítimo para poder consumarse, y por ende, de la certera intervención de esta Prefectura para prevenirlos.
Por los volúmenes de dinero que estas modalidades delictivas involucran, sus gestores han conformado vastas organizaciones criminales transnacionales, equipadas con las tecnologías más sofisticadas.
Confrontar con este nivel de estructuras delictuales, supone no sólo la acción policial y judicial coordinadas, sino también la cooperación de los restantes países involucrados.
En ese sentido; merced a una labor perdurable y consecuente a través del tiempo, se ha cimentado nuestra inserción en el concierto internacional, con un reconocimiento legítimo y un rol protagónico en el marco de la organización marítima internacional, la red operativa de cooperación regional de autoridades marítimas de las Américas y otros foros regionales e internacionales no menos importantes, formulando y recibiendo aportes tan necesarios para nuestra actividad.
No menor resulta nuestra constante dedicación y esfuerzo, en beneficio de la protección ambiental.
La extracción de buques hundidos o abandonados en el Riachuelo, en base al acuerdo entre nuestro Ministerio y la Secretaría de Protección Ambiental de la Nación; los cascos extraídos del puerto de Mar del Plata; y los próximos, previstos en el puerto Buenos Aires y en el Delta del Paraná, fueron y seguirán siendo una prioridad para el saneamiento de estas vías de agua de valor tan sensible para las comunidades costeras.
Sumamos a ello, el permanente monitoreo de calidad de aguas que practicamos en nuestros ríos, con la intervención del buque laboratorio, Dr. Leloir; y en el mar con nuestros guardacostas, a los que se sumará próximamente el buque de Investigación Oceanográfica “Bernardo Houssay”. Estas tareas se realizan en asociación con universidades e institutos de investigación nacionales.
Estamos presentes en la Antártida y trabajamos para consolidar la función de salvaguarda de la vida humana en el mar, mediante una dotación permanente, que, a su vez, coadyuve en políticas ambientales y de prevención de la contaminación.
Vivimos hoy, momentos de particular trascendencia para nuestro quehacer institucional.
En las próximas horas, por decreto del poder ejecutivo nacional, comenzaremos a cumplir tareas de seguridad pública, en un sector asignado por las autoridades ministeriales, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en lo que se denomina Operativo Unidad – Cinturón Sur-.
Asumimos con firme compromiso esta nueva responsabilidad.
Sabemos que esta nueva contribución a la seguridad ciudadana, representa un nuevo desafío, que requerirá de más esfuerzo, confiamos en que una vez más, nuestros hombres y mujeres, sabrán responder con el máximo profesionalismo, al objetivo de afianzar la política de seguridad, rediseñada por nuestro gobierno.
Para ello necesitaremos, sin lugar a dudas, el apoyo que siempre nos ha brindado la Policía Federal Argentina, la Gendarmería Nacional Argentina, la Policía de Seguridad Aeroportuaria, las policías provinciales y servicios penitenciarios, instituciones junto a las que trabajamos por objetivos comunes.
Ciudadanos y destinatarios de nuestros servicios, tengan la convicción absoluta que vamos a dar todo de nosotros para contribuir al país que queremos, luchando contra el delito en todos sus frentes y aportando, con nuestras tareas específicas, al crecimiento económico argentino.
A la comunidad de Zárate, sus colectividades, sus docentes y escolares, mi agradecimiento, por acompañarnos como cada año.
Un párrafo especial merecen quienes defendieron con bravura el suelo argentino de nuestras Islas Malvinas: a quienes regresaron, mi profundo reconocimiento y a los seres queridos de quienes ofrendaron sus vidas: nuestro permanente recuerdo.
A nuestros jubilados, retirados y pensionadas les expreso mi gratitud, porque han consagrado vuestras vidas al servicio de la prefectura y, con su trabajo, han hecho posible el prestigio del que hoy gozamos.
Agradezco especialmente la presencia de autoridades marítimas y servicios guardacostas extranjeros, gracias por acompañarnos.
Finalmente a nuestros hombres y mujeres, sepan que estoy orgulloso de cada uno de ustedes, del rol que cumplen y del elevado espíritu de sacrificio que los anima.
Éste es el camino que empezamos a transitar hace 201 años y por él, seguiremos andando, con la convicción de ser los protagonistas de un momento histórico que nos exige profesionalismo y esfuerzo, pero que a su vez, nos brinda la posibilidad de renovar día a día la enorme esperanza de estar contribuyendo, con nuestras tareas, a la grandeza del país. Que Dios nos guíe y así lo permita.