Tras la decisión de Carlos Menem de no concurrir al ballotage en 2003, Néstor Kirchner asumió la presidencia con sólo el 22 % de los votos en las elecciones nacionales. Para encontrar apoyo político interno e internacional del que carecía, aceptó la sugerencia de la izquierda a través de Horacio Verbitsky, quien le proporcionó el libreto del manejo de la política de derechos humanos y la reapertura de las causas por los hechos de acaecidos durante el conflicto armado entre las fuerzas armadas y de seguridad frente a los grupos terroristas guerrilleros en los años 70. Claro que dicha reapertura sólo debía darse contra sólo una de las partes: los militares y policías.