Malvinas comenzó a convertirse en una gran mentira a partir del 14 de junio de 1982. La horda de políticos que se subió a los aviones que el Proceso de Reorganización Nacional puso a disposición de ellos para que pudieran pisar la tierra irredenta que nuestros soldados habían recuperado, había visto con disimulada simpatía que el inglés nos derrotara.