Por Christian Masello publicado en www.elcordillerano.com.ar
Recordando el decreto que Isabelita firmó para “neutralizar y/o aniquilar” a los “elementos subversivos”
Asunción Benedit se define como “presidenta de la Unión de Promociones Delegación Bariloche y viuda del capitán Francisco Lacal Montenegro, quien luchó en la guerra antisubversiva en la selva tucumana”.
La mujer añade que su marido “estuvo durante mucho tiempo destinado en la Escuela Militar de Montaña”, y precisa que en 1984 llegaron a Bariloche, donde se radicaron.
En este momento, Benedit es parte de la organización de lo que describe como “un homenaje a los caídos, veteranos, familiares y víctimas de la guerra contra la subversión”. En tal sentido, informa que el 8 y el 9 de febrero habrá actividades en la provincia de Tucumán.
La elección de la fecha no es casual. “Se cumplen cincuenta años del inicio del Operativo Independencia, la acción militar que se preparó para combatir a la subversión en esa zona de Argentina”, detalla Benedit.
La medida de la que habla surgió a partir de un decreto firmado el 5 de febrero de 1975 por la entonces presidenta, María Estela Martínez de Perón (“en acuerdo general de ministros”, tal como se expuso en el texto oficial). “Mi esposo estuvo en el monte y me contó muchas experiencias. Fue una guerra terrible, por las emboscadas, porque los militares eran un ejército regular, pero del otro lado también había un ejército preparado, con cargos, mandos y un gran arsenal. Además, el problema que se suscitaba era que maltrataban a los campesinos, así que esa gente no brindaba ayuda”, indica Benedit.
La mujer cuenta que, para aquellos que lleguen a Tucumán con antelación, el viernes 7 “habrá una gran mateada para los veteranos, muchos de los cuales se reencontrarán por primera vez desde la guerra”.
Luego, en las jornadas siguientes, se efectuarán diversos actos en Teniente Berdina y Famaillá, localidad donde se presentará, además, un libro titulado "Ataque al cuartel de La Tablada". Sobre ese texto, Benedit explica: “Contiene relatos de soldados conscriptos, que cuentan lo que sucedió en aquel momento trágico (el copamiento al cuartel de La Tablada por parte de un comando del Movimiento Todos por la Patria, en enero de 1989), porque ellos también combatieron contra la subversión, la cual se produjo durante el gobierno de Juan Perón y María Estela Martínez de Perón, también en el gobierno de facto y, de nuevo en democracia, con Raúl Alfonsín en la presidencia; el relato oficial dice que la dictadura luchó contra jóvenes idealistas, pero la guerra abarcó también dos etapas democráticas”.
Frente a la Casa de Tucumán, en tanto, habrá vigilia y misa. “Se tirarán salvas y se producirá un encuentro patriótico”, anuncia la mujer.
El acto principal será el 9 de febrero en Yerba Buena. “El intendente de esa localidad (Pablo Macchiarola) ha puesto a disposición absolutamente todo”, dice Benedit, quien, al ser consultada sobre si participarán integrantes del Gobierno nacional (en particular, el ministro de Defensa, Luis Petri, y la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel), manifiesta: “Se han mandado invitaciones a todos, pero todavía no sabemos si asistirán”.
“APRECIACIONES PERSONALES”
Asunción Benedit, más allá de ser parte de la organización del encuentro que se hará en Tucumán, representa en Bariloche a la fuerza política de Juan José Gómez Centurión.
Asimismo, ha participado de diversas acciones en la ciudad, como una protesta en las puertas del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), relacionada con una matanza de aves a nivel nacional en el marco de la presencia de gripe aviar.
La mujer, además, fue parte de actos en homenaje a Julio Argentino Roca en el Centro Cívico, donde se ubica el monumento que recuerda al dos veces presidente, así como de una jura civil a la bandera, también en la plaza emblema de la ciudad.
Incluso fue parte de manifestaciones contra el asentamiento de la lof Lafken Lafken Winkul Mapu en Villa Mascardi, y cuando funcionarios nacionales de aquel momento acudieron al paraje para reunirse con propietarios de predios en el lugar, en febrero de 2023, estuvo entre quienes reprobaron el accionar de los representantes del Ejecutivo.
Benedit aceptó dialogar con El Cordilerano, pero dejando en claro que sus palabras representan “apreciaciones personales”, diferenciando su opinión de las actividades previstas para Tucumán.
–¿Qué se busca con lo que harán en febrero?
–Más que nada, reivindicar la guerra contra la subversión en todo el país, porque no está reivindicada e incluso algunos dicen que no se trató de una guerra. Los veteranos no cuentan con ningún aliciente ni prebenda, además de lo que hace a la parte moral. Muchos murieron, otros quedaron discapacitados… Si no fuera por ellos, hoy seríamos Venezuela. Los subversivos, para tomar el poder en la Argentina, querían llegar a un millón de muertos.
–Usted es una de las organizadoras de lo que está previsto realizar en Tucumán…
–Me estoy ocupando de los veteranos, que se encuentran en una muy mala situación. Muchos que fueron soldados sólo tienen una jubilación, pero no un reconocimiento por haber actuado en una guerra.
–¿Se pretende, entonces, algún tipo de reconocimiento económico?
–Eso ya sería para una segunda etapa. Lo que ahora queremos es que se reconozca la guerra. Si eso pasa, se tendrá que equiparar la situación con los veteranos de Malvinas.
–¿Qué opinión tiene del fallecido Antonio Domingo Bussi, que fue uno de los que comandó el Operativo Independencia?
–Mi marido siempre me habló muy bien de él. En Tucumán, la gente lo ama. Cuando fue candidato a gobernador, lo votaron y ganó. Tengo las mejores de las referencias. Después, claro, siempre lo rodea un halo basado en el relato oficial negativo, que es el que hay que tratar de dar vuelta. Porque la mayoría de lo que se dice de la guerra contra la subversión es mentira. Por eso queremos que la verdad salga a la luz.
–El decreto para el Operativo Independencia se firmó en 1975, pero no se limitó sólo a lo que sucedió en Tucumán, sino que, de alguna manera, dio lugar a lo que se hizo desde 1976 a 1983…
–Sí, claro…
–¿Cómo calificaría a lo que pasó en ese período?
–Fue una guerra total. La población sufría los ataques de los terroristas. Al Ejército se lo convocó oficialmente para combatir. Por el otro lado, estaba la guerrilla marxista, muy bien preparada.
–Más allá de que piensa que se trató de una guerra, ¿considera que hubo excesos?
–Sí, por supuesto, pero muchísimos menos de lo que se cuenta. Yo visito a los presos políticos y escucho sus experiencias; hay mucha gente inocente... así paga la patria a los hombres que la defienden... Desgraciadamente, existen jueces que, en su momento, fueron guerrilleros y estuvieron combatiendo en Tucumán, para luego terminar siendo quienes metieron presos a los militares que los combatieron. No se puede ser juez y parte. Han hecho un relato oficial, con los organismos de derechos humanos, que han mentido, y la gente quedó atrapada en eso, que no es cierto.
–¿Creen que habrá algún tipo de reacción por parte de quienes no están de acuerdo con lo que ustedes plantean?
–Por supuesto que va a haber una reacción. Los organismos de derechos humanos ahora observan que sale a la luz una parte del relato vista desde otro lado. Sus prácticas no han sido demasiado santas. Mintieron mucho, engañaron a la población.
–¿Qué piensa que hubiera pasado si no se hubiese firmado el decreto que en 1975 dio inicio al denominado Operativo Independencia?
–Hubieran seguido avanzando… El decreto salió porque no había otra solución. La guerrilla era terrible. No hubo más remedio. Por eso el texto habla de aniquilarla.
–En definitiva, ¿reivindica o no lo que sucedió durante el proceso?
–Sí, por supuesto, porque lo veo desde otro lado, y me baso en cosas ciertas.
–¿Encuentra contacto entre lo que pasó en Tucumán con la guerrilla y los conflictos indígenas en la Patagonia?
–Sí, está relacionado. De hecho, los organismos de derechos humanos apoyaban a las tomas de "maputruchos", porque ni siquiera eran mapuches verdaderos. Ahora está saliendo a la luz que de mapuches no tenían nada. Habrán agarrado a algunos como para figurar, pero eran más del conurbano que otra cosa... Sucede que el comunismo es internacional y tiene redes por todos lados; acá también.