Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar
El término “genocidas”, tan utilizado en los medios para referirse al otro grupo de jóvenes –ahora ancianos– que se enfrentaron a muerte en los años 70, es parte del lenguaje con que se ha revestido el relato intencionadamente falso de nuestra historia.
El genocidio es un delito reservado a la destrucción de la identidad de un grupo nacional por razones étnicas, raciales o religiosas (art. 7, Estatuto de Roma). El de “lesa humanidad”, en cambio, es el que se comete en el marco de un ataque indiscriminado contra la población civil. El relato del castrokirchnerismo pretendió durante veinte años instalar que nuestras FF.AA. realizaron los combates contra el terrorismo con esos fines. Pero la verdad histórica, extraída de las crónicas periodísticas de entonces e incluso de los más de 365 libros escritos por miembros o partidarios de las propias organizaciones guerrilleras, demuestra que los abatidos fueron en su casi totalidad combatientes entrenados por ellas. Algunos –no todos– de los que se enfrentaron en aquellos años cometieron atrocidades. Quizá sea justo que sus autores o quienes los enviaron estén presos, pero cualquiera que lea la Constitución sabe que lo están en forma ilegal. Solo a los más débiles se los ha vuelto a juzgar prescindiendo de sus garantías, mientras que todos aquellos, los de uno y otro bando, fueron perdonados definitivamente por leyes del Congreso. Las juntas militares de entonces decidieron apartarse de la ley tras el fracaso de las instituciones civiles, recordando –como se dijo en la sentencia de la causa 13/84– que estábamos ante una guerra revolucionaria. ¿Qué razón tienen ahora políticos, fiscales y jueces para apartarse de lo que dispone la ley? Firmenich y las jerarquías guerrilleras libres e indemnizados, y subtenientes y cabos de todas nuestras fuerzas presos, tras el negocio incesante de las indemnizaciones. ¿Cómo permiten sentar precedentes judiciales de discriminación en el país que nació bajo el principio de la igualdad ante la ley? Cincuenta años después de los hechos no hay Justicia, solo ilegalidad, venganza y cobardía.
Ricardo Saint Jean
DNI 10.924.885