Carta de lectores publicada en www.laprensa.com.ar
Señor director: He leído que el Padre Olivera Ravasi fue expulsado de la Diócesis de Zárate-Campana luego de organizar una visita a presos en la cárcel de Ezeiza (“estuve preso y me vinieron a ver”, Mt. 25:36).
¿Y los sacerdotes que han abusado o violado a niños? No sólo no se los ha expulsado, sino que además se ha guardado un silencio cómplice y desolador que ha obligado a muchas de sus víctimas a tener que salir públicamente a denunciarlos muchos años más tarde.
Peor aún, a los curas pedófilos se los suele trasladar a otros distritos, con lo que estos depravados han tenido la oportunidad de seguir abusando impunemente.
Así ocurrió por ejemplo en el caso del cura violador en una escuela para chicos sordomudos en Mendoza: ya había tenido graves denuncias en La Plata, y había llegado allí desde Italia luego de numerosas acusaciones de abuso infantil en ese país. ¿Qué dijo Jesucristo sobre “el que escandalice a uno de estos pequeños” (Lc, 17:1-6)? ¿Algún obispo puede responderme?
Manuel Pedro Fraga