Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar
El más sangriento atentado terrorista de los 70 fue perpetrado por Montoneros el 2 de julio de 1976, en el salón comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal.
Planificado y ejecutado por la conducción nacional de la organización, liderada por el terrorista Mario Firmenich (comandante, NG Pepe) y los terroristas Marcelo Kurlat (capitán, NG Monra), secretario militar; Rodolfo Walsh (capitán, NG Esteban), y Horacio Verbitsky (capitán, NG Perro), responsables del órgano de inteligencia, por la mano del traidor infiltrado José Salgado (miliciano, NG Pepe). La bomba “vietnamita” cumplió con su cometido asesino, matando arteramente a 23 desprevenidos comensales, con amputación traumática de miembros, quemaduras, heridas lacerantes y fracturas expuestas, provocadas por su carga de metralla metálica y potente onda expansiva. Es deber de estricta justicia rescatar del olvido político impuesto por los gobiernos K la memoria de nuestras víctimas del terrorismo. En tal sentido, una vez más, repudiamos que se haya impuesto el nombre del terrorista Walsh a la estación de subte Entre Ríos y que se haya retirado del frente del edificio policial la placa conmemorativa del trágico hecho, configurando una cobarde y vil claudicación.
La “batalla cultural” a librar por las nuevas autoridades debe revertir el silencio y el ocultamiento impuesto a las víctimas provocadas por las organizaciones terroristas que asolaron la Nación y la pasiva aceptación social alcanzada bajo el paraguas de funcionarios y organizaciones de DD.HH. abiertamente filoterroristas. En igual sentido y urgentemente, deben adoptarse las acciones necesarias para restituir la libertad de quienes sufren hoy la saga de aquella guerra, cumpliendo injustas condenas o excesivas e ilegales prisiones preventivas, dictadas por jueces prevaricadores, que, apartados del principio de legalidad, llevaron adelante, verdaderos “juicios revolucionarios”.
Para que la libertad avance y se mantenga en el tiempo, la historia completa debe prevalecer sobre la memoria parcial e ideologizada, y en el marco de una nación pacificada, no hay margen para la existencia de presos políticos. Por eso, en recuerdo de los 23 asesinados por Montoneros en el comedor, realizamos el sábado pasado la tercera marcha contra la impunidad, desde la estación Rodolfo Walsh de la línea E de subte hasta el lugar del atentado, Moreno 1431.
Andrés Fernández Cendoya
Presidente AfaVitA. DNI 10.795.796