Por Gabriel Camilli *, publicado en www.laprensa.com.ar
Un militar ucraniano lleva un lanzador de misiles de defensa aérea Stinger estadounidense en una trinchera en la línea del frente en la región de Zaporizhzhia, Ucrania (28 de mayo de 2024).
Amargos descubrimientos sobre la “superioridad” de los sistemas de armas atlantistas. Esta situación bélica, en que la producción de armamentos se ha visto incrementada en forma exponencial en el mundo entero, ha puesto también sobre el tapete el tan mentado dogma central del liberalismo, de que el sector "privado" es más "eficiente" que el público. La producción de armas estadounidenses y europeas, en manos de colosales sociedades anónimas que cotizan en Wall Street, pero que tienen un único "cliente", el Pentágono, se ha convertido en una inmensa “timba financiera” de dinero público con efectos que podemos señalar y observar.
El llamado “occidente opulento” produce armas sofisticadas y costosas, que las fuerzas rusas en estos años, aprendieron a neutralizar.
En estos días, según es público, las tropas rusas avanzan hacia la región de Kharkiv y cada vez está más claro que el conflicto en Ucrania se ha convertido en un desastre para la maquinaria de guerra atlantista. Y no sólo porque la ayuda estadounidense no evitó que Ucrania sufriera una posible derrota. Más importante aún, el conflicto expuso fallas profundamente arraigadas en todo el sistema occidental, según detalla ‘Responsible Statecraft’.
Diversos analistas han señalado, durante mucho tiempo, que la obsesión de la OTAN por las armas tecnológicamente hipersofisticadas genera, inevitablemente, sistemas poco confiables, cuyo número está limitado por su costo previsiblemente alto. Las experiencias concretas y reales del conflicto en Ucrania han demostrado que los críticos tenían razón.
Muchos sistemas sofisticados fueron vulnerables y, por lo tanto, eliminados: drones Switchblade, tanques M1 Abrams, sistemas de defensa aérea Patriot, obuses M777, proyectiles de artillería guiados Excalibur de 155 mm, lanzacohetes múltiples Himars, bombas guiadas por GPS y drones inteligentes Skydio. Se suponía que todas estas armas “reescribirían las reglas del juego”.
En cambio, todos mostraron serias debilidades. Muchos son poco “rústicos” para cumplir con las exigencias que impone el campo de combate.
Por ejemplo, los drones Switchblade, valorados en 60.000 dólares, se produjeron en cantidades limitadas debido al costo y resultaron ineficaces contra objetivos blindados. Como resultado, el ejército ucraniano los abandonó en favor de modelos comerciales chinos que costaban 700 dólares y los ordenó en línea.
Otro ejemplo, los tanques Abrams, que costaron 10 millones de dólares cada uno, demostraron no sólo ser extremadamente vulnerables a los ataques con drones, sino también propensos a fallas repetidas y tuvieron que ser retirados del frente poco después de su despliegue. Sin embargo, los rusos lograron destruir varios y capturar al menos uno, que fue transportado a Moscú para una exhibición de trofeos de la OTAN.
Allí en Moscú, también se exhibe un obús M777. A pesar de los elogios por su precisión, resultó demasiado frágil para las duras condiciones de un combate prolongado: debido al desgaste constante, los cañones tuvieron que ser reemplazados en Polonia, lejos de la línea del frente. Además, a las tropas les falta munición de 155 mm.
Muchas fallas de armas en Ucrania, incluido el LRM Himars, están relacionadas con el uso de sistemas de guía GPS altamente vulnerables. Rusia ha prestado mucha atención durante mucho tiempo a la guerra electrónica y se destaca en la interferencia de señales de GPS.
Maria Berlinskaya, pionera en el uso de drones en Ucrania y directora de un centro de apoyo al reconocimiento aéreo, fue especialmente dura con este tema. Recientemente afirmó que “la mayoría de los sistemas occidentales han demostrado ser ineficaces en condiciones de combate” debido a la interferencia rusa. (Ver https://www.europapress.es/internacional/noticia-ucrania-destinara-mas-360-millones-euros-compra-drones-20240430175044.html)
En abril, William LaPlante, subsecretario de Defensa para Adquisiciones y Logística de Estados Unidos, confirmó su sombría evaluación. En una conferencia en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, dijo que una empresa (en realidad Boeing, aunque no la nombró) había propuesto adaptar su bomba de pequeño diámetro guiada por GPS a los lanzadores Himars.
SIN PROBAR
Se aceleraron el desarrollo y la producción y el arma se envió a Ucrania prácticamente sin pruebas. “Pero simplemente no funcionó”, admitió LaPlante. La culpa la tienen los medios de guerra electrónica rusos, que provocaron que las bombas se desviaran de su trayectoria y no alcanzaran el objetivo.
La misma suerte corrieron los drones Skydio, creados por la empresa del mismo nombre de Silicon Valley. Incluso la inteligencia artificial promocionada por la empresa (“los drones Skydio tienen la capacidad de calcular, ver, comprender y reaccionar en tiempo real”) no ayudó: los recursos de guerra electrónica rusos los desviaron fácilmente de su rumbo. Ninguno de estos fracasos fue previsto por el alto mando militar estadounidense.
Los resultados, no son favorables. A pesar de todos los planes grandiosos, las generosas entregas de armas (incluidos tanques, municiones y drones), el entrenamiento intensivo en el territorio de los aliados de la OTAN y el énfasis en los métodos de mando y control de la OTAN, la contraofensiva ucraniana terminó en un fracaso total y desgastó a las fuerzas en forma determinante.
Como hoy es bien sabido, los estrategas ucranianos y sus aliados quedaron sorprendidos por la profundidad de las fortificaciones defensivas rusas y la eficacia de su interferencia electrónica. Desde entonces, Ucrania ha dado inexorablemente un paso atrás, perdiendo así sus reservas de personal.
PARA COMPLICAR MÁS EL ESCENARIO
El representante oficial del Ministerio de Defensa de la República Popular China, Wu Qian, en su cuenta de Twiter dijo: “El ejército chino está dispuesto, junto con el ruso, a defender la justicia en el mundo”.
El Ejército Popular de Liberación de China (EPL) está dispuesto a fortalecer los vínculos estratégicos con las fuerzas armadas rusas y trabajar con ellas para defender la justicia internacional.
Así lo afirmó, en una sesión informativa, el representante oficial del Ministerio de Defensa de la República Popular China, Wu Qian. “El ejército chino está dispuesto a trabajar junto con el ejército ruso para implementar plenamente el importante consenso alcanzado por los jefes de los dos estados para fortalecer aún más las comunicaciones y la coordinación estratégicas, profundizar la confianza mutua en el campo militar e implementar conjuntamente la Iniciativa de paz global”, afirmó.
DE GUERRA FRÍA A GUERRA CALIENTE
En estos días apareció un comentario de Pepe Escobar: “Occidente está decidido a provocar a Rusia a una Guerra Caliente”. La advertencia del presidente Putin no podría ser más dura: “En caso de utilizar armas de largo alcance, las Fuerzas Armadas rusas tendrán que tomar nuevamente decisiones sobre una mayor ampliación de la zona de protección (…) ¿Quieren un conflicto global? Parecía que querían negociar [con nosotros], pero no vemos muchas ganas de hacerlo”, escribió hoy el famoso periodista de investigación Pepe Escobar, experto en estrategias militares.
Escobar es un periodista y analista geopolítico brasileño. Su columna The Roving Eye, para el ‘Asia Times’, analiza periódicamente la “competencia multinacional por el dominio de Oriente Medio y Asia Central”.
En los últimos meses, el presidente ruso había respondido al suministro de municiones con uranio empobrecido enviando misiles nucleares móviles a Bielorrusia, incluyendo un nuevo cohete con potencial mantenido en secreto.
“Por lo tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, inventó la metáfora apropiada para designar las crecientes explosiones militares de la OTAN: la OTAN no sólo está aumentando el grado de escalada, sino que se está sumergiendo en un ´éxtasis´ beligerante», se lee más adelante en el artículo.
No hay nada más serio que eso. “Ellos”, como aludió Putin, parecen querer un “conflicto global”. Éste es el corazón de la nueva estrategia suicida del “éxtasis” de la OTAN.
«A pesar de todos sus circunloquios, el secretario de la OTAN, Jens Stoltenberg, el presidente francés, Emmanuel Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, de hecho dieron luz verde a que Kiev utilizara armas occidentales para ataques dentro de la Federación Rusa. El supuesto debate, aún en curso, es sólo una "cortina de humo" para el objetivo real: un pretexto que podría conducir a la Tercera Guerra Mundial", añadió Escobar.
Cnl My (R) - Director del Instituto ELEVAN.