Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar
Continuando con la saga de sentencias judiciales escandalosas, es inevitable referir el caso del agente Vicente Patrault. Hasta el 24 de marzo de 1976, se alojaba a delincuentes comunes en calabozos de la comisaría 5ª de La Plata, siendo encargados de su atención personal subalterno uniformado y con el nombre a la vista, encargado de vigilarlos, alcanzarles la comida, llevarlos al baño, etc.
A partir de esa fecha les informaron que también se alojarían en el lugar detenidos a disposición de autoridades militares, sin otra explicación. Cuando empezaron los juicios “de lesa” fueron fácilmente identificados y llevados a juicio oral en la causa Nº 2955, donde sus acusadores refirieron que recibían buen trato de sus carceleros. Así fue el caso del agente Vicente Patrault, a quien cinco subversivas, que habían estado alojadas en el lugar hasta su liberación, dijeron que “el Tío”, como ellas le decían, las trataba bien porque les dejaba abierta la puerta del calabozo para que corriera aire; les permitía que cerraran la del baño cuando hacían sus necesidades; les trajo comida de su casa; avisó a la familia de una de ellas que estaba detenida, y a otra le permitió reunirse con su marido detenido en el pabellón de varones. El Tribunal Oral Criminal Federal Nº 1 de La Plata, presidido por el exjuez Carlos Rozansky secundado por los jueces Falcone y Portela, el 23 de marzo de 2013 condenó a Vicente Patrault a prisión perpetua, pese a que no había participado de secuestros, interrogatorios, torturas ni desapariciones. Estos jueces (¿jueces?) responsabilizaron a este humilde servidor público de educación primaria incompleta por no haber renunciado y denunciado la detención de personas sin intervención judicial. Pese a ser una auténtica canallada judicial, la condena del “Tío” fue confirmada por los jueces (¿?) Figueroa, Barroetaveña y Petrone de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal.
Vicente Patrault falleció en prisión.
Enrique Munilla
DNI 4.433.538