Se trata de Luis Alfredo Villafañe, quien prestó servicios en la Armada en la jerarquía de Cabo Segundo. Tras cursar ocho años como seminarista, fue ordenado sacerdote por el Obispo castrense de Argentina, Monseñor Santiago Olivera.
Buenos Aires – El sábado pasado, en coincidencia con las celebraciones en honor al Santo Cura Brochero, se realizó una misa en la catedral castrense Stella Maris durante la cual fue ordenado como sacerdote el diácono Luis Alfredo Villafañe.
La eucaristía estuvo presidida por el Obispo castrense de Argentina, Monseñor Santiago Olivera, y concelebraron junto al prelado el vicario general, Monseñor Gustavo Acuña, y los capellanes mayores de la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea Argentina; de la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval y la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
Participaron además los rectores de esa catedral, del Seminario Diocesano San Juan de Capistrano y Santo Cura Brochero, y del Seminario Arquidiocesano de Buenos Aires. Estuvieron presentes en la celebración el Jefe del Estado Mayor de la Armada Argentina, Contraalmirante Carlos María Allievi, y el Director General del Personal y Bienestar de la Armada, Contraalmirante Juan Carlos Romay, entre otras autoridades de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, fieles del ordinariato castrense y el coro ‘Rezar Cantando’.
Durante su homilía, Monseñor Olivera destacó esta celebración en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, como así también el hecho de hacerla unidos en lo que consideró una fiesta para la Iglesia, porque “la ordenación diaconal de Luis nos llena sin duda de gozo”.
Luego, dirigiéndose especialmente a Villafañe, señaló: “En nombre de la Iglesia presidirás los responsos, los momentos difíciles de nuestra vida, asistirás a ser testigo oficiando los matrimonios. Seguramente sentirás pequeñez y temor ante tanta responsabilidad. Sin embargo, sabemos que nuestra mirada y confianza debe estar siempre en Jesús. Cuando nos ordenamos, nos postramos conscientes de nuestra pobreza, pero hoy en día en el día del Sagrado Corazón, podrás decir, Jesús en vos confío”.
Monseñor Olivera recordó que, en la tarjeta de invitación, el diácono Luis le escribió: “Me encuentro pronto a embarcar para zarpar hacia donde el Señor, a través de usted, me necesite” y agregó: “Gracias, Luis, porque esta sencilla expresión da claves para hoy, pero también para cada día de tu vida sacerdotal”.
Antes de concluir la celebración –y en el marco de los festejos por el Jubileo de la Diócesis Castrense de Argentina, que en el año 2027 cumplirá 70 años de vida–, el Obispo dio inicio al trienio de festejos entregando a cada Capellán Mayor de las Fuerzas Armadas y de Seguridad el signo de la Cruz, la imagen de la Santísima Virgen y un cirio que acompaña con su Patronazgo a cada Fuerza, los cuales fueron bendecidos por él.
Vocación y Servicio
Luis Villafañe ingresó como Aspirante a la Escuela de Suboficiales de la Armada en 2009 donde, tras completar su formación, egresó con la especialidad De Mar.
A lo largo de su carrera naval alcanzó la jerarquía de Cabo Principal, prestando servicios en varios destinos, entre ellos la fragata ARA “Libertad”, donde comenzó a interiorizarse por la vida religiosa.
Tiempo más tarde solicitó ingresar al Seminario Santo Cura de Ars, perteneciente a la Arquidiócesis de Mercedes-Luján y allí realizó toda su formación como seminarista.
El sábado, durante su discurso de agradecimiento, el padre Luis agradeció a la Armada por los valores transmitidos durante su etapa como marino y destacó el acompañamiento brindado por la Institución a lo largo de su formación religiosa.
“La Armada ha sido un puente, una escalera, un instrumento causal del que Dios se valió para llamarme al sacerdocio. Es por eso que le agradezco profundamente. Me brindó la oportunidad de crecer, de formarme, de desplegar mis potencialidades. Me ayudó a ser mejor persona y mejor cristiano. Los valores de servicio, disciplina y solidaridad que aprendí durante mi tiempo en la Armada han sido fundamentales en mi camino al sacerdocio”, expresó.
También, como es tradición en los nuevos sacerdotes, Luis adoptó un lema que lo acompañará durante todo su camino de Fe. La insignia elegida fue: “Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero. Jesús le dijo: ‘Apacienta mis ovejas’” (Jn. 21, 17). Esta cita bíblica refiere a la triple confesión de amor de Pedro hacia Cristo, quien tras haber negado previamente a Jesús, se redime con esas palabras, siendo confirmado como líder de la Iglesia.