Algo es seguro. La admirada como despreciada figura del Teniente General (R) Martín Balza, ha quedado en los últimos tiempos reducida a los efectos de un fósforo quemado, frente al estruendo que provoca, en propios y ajenos, el desenvolvimiento del actual jefe de la Institución, César Milani.
Los diarios volvieron a ocuparse esta semana nuevamente de él, como lo vienen haciendo sin solución de continuidad en espacios regulares de tiempo o en cada oportunidad que un comentario político da para ello. Desde que se investiga el accionar social del Ejército transformado en una empresa de prestación de servicios y reparaciones callejeras en las villas, hasta su controvertida situación en los montes tucumanos en los 70.
Hay para todos los gustos. La última, que circuló con amplitud por las redes sociales e Internet preanuncia que Milani se propone hacer un mega acto con motivo del día del Ejército -que es el 29 de mayo, pero que algunos aseguran adelantará para la fecha patria del 25- el cual sería la primera etapa para pavimentar un nada fácil camino, por el peronismo, a un cargo legislativo en los comicios del año próximo.
Las mayores precisiones, sin embargo, las aportó el sitio web eliminandovariables.com (un pormenorizado artículo con información de primera mano elaborado por los periodistas José M. Stella e Ignacio Montes de Oca, que reprodujo el jueves 15 el diario Clarín) dando cuenta de que los festejos tendrían dos ejes principales. Una fastuosa cena. el viernes 30 de mayo, en el regimiento Patricios para 250 invitados que, según el relato, prometía hacer trastabillar de envidia a los agregados militares extranjeros invitados a la reunión y un cierre espectacular en el Campo Argentino de Polo. el domingo 1 de junio. Todo a un costo de 5 millones de pesos.
Pero fue tal el batifondo que se armó tras la difusión de los pormenores de esos agasajos, que el propio Milani dio la orden de dar marcha atrás con la fastuosidad de la cena, según lo consignó el viernes 16 el diario La Nación.
Desde el Ministerio de Defensa, sutilmente, echaron leña al fuego dejando trascender que los festejos por el Día de la Armada, con toda una semana de puertas abiertas en el apostadero naval para visita del público a buques de guerra, costará 600.000 pesos.