Unos 120 coroneles del Ejército pasarán las fiestas en casa y con pantuflas... con un sabor amargo y el bolsillo más flaco. A medida que se van conociendo los radiogramas firmados por el Jefe del Ejército, César Milani, dando cuenta de las nuevas designaciones, la primera conclusión es que el vapuleado titular de la fuerza –en caso de tener que también él irse - se llevará consigo virtualmente a toda la estructura de oficiales superiores.
Muchos de los coroneles pasados ahora a retiro, tenían antigüedades que excedían holgadamente el plazo lógico para su permanencia en el cargo, pero que se las habían rebuscado, con uñas y dientes, para permanecer en actividad sea que fuere.
Ahora, tras los seis meses de gracia, sus haberes pueden quedar reducidos entre un 30 y un 50 por ciento y ni hablar si tienen causas judiciales por la recomposición de sus sueldos.
De la lectura de los nuevos destinos –que serán incluidos en la edición impresa de noviembre de Tiempo Militar- surgen que los tenientes coroneles y hasta mayores, ocuparán la mayoría de los reemplazos.
El tema es que tras el affaire de Milani, todos los pliegos de ascenso quedaron en suspenso hasta después de las elecciones. Qué hará el Parlamento con ellos, varios de cuyos legisladores más prominentes de la oposición quieren cargarse a Milani e impedir que quede formalmente al frente de la fuerza con el grado de Teniente General, es una incógnita.