El bisemanario Perfil, en su edición del sábado 29 de junio de 2013 y bajo el título “Inteligencia militar tiene más caja que la cartera de Seguridad” señala que el “flamante jefe del Ejército (César Milani) manejará unos $ 333 millones sólo para “espionaje estratégico”, en tiempos que la fuerza no tiene hipótesis de conflicto”.
La publicación también vuelve a la carga con la controversia generada por el pasado de Milani en torno a su actuación como oficial de inteligencia en Tucumán, en la etapa más cruenta de la lucha antiguerrillera.
El artículo de Perfil, expresa:
No estamos en guerra ni tenemos la más mínima hipótesis de conflicto, sin embargo el presupuesto del Ejército para lo que denomina "inteligencia estratégica" es el más alto desde que se reinstaló la democracia. Ese logro militar sólo pudo lograrlo el ahora teniente general Cesar Milani, flamante jefe de la fuerza y dueño de un aparato de espionaje superior al de todas las Fuerzas Federales, y con un presupuesto que sólo supera la Secretaría de Inteligencia (Ex SIDE, hoy SI).
En el Edificio Libertador nadie se asombró cuando el miércoles el ministro de Defensa, Agustín Rossi, dio a conocer el pase a retiro del teniente general Luis Pozzi y el ascenso de Milani a jefe del Ejército. De hecho, PERFIL lo anunció en su edición del 2 de junio.
Cuando Milani se hizo cargo en 2008 de la dirección de Inteligencia de la fuerza, el presupuesto para esa área, denominada Jefatura II Inteligencia, era de 150.380.176 pesos. En 2012, el monto se elevó a 347.699.586 pesos. El manejo de fondos reservados, una caja que en teoría es monitoreada por la Comisión Bicameral de Seguimiento de Actividades de Inteligencia del Congreso, le dio al oficial un poder tan grande que hasta llegó a despertar celos en la propia Secretaría de Inteligencia En el 2013 Milani manejó para la inteligencia una caja de 332.963.472 pesos, pero su presupuesto como subjefe del Estado Mayor del Ejército era de 8.952.815.714 de pesos. Milani fue el único oficial en la historia de la fuerza que tuvo el doble cargo de jefe de Inteligencia y de número dos de la fuerza.
El Ejército sin hipótesis de conflicto y, según la Ley de Inteligencia, sin posibilidad alguna de realizar espionaje doméstico, tiene un presupuesto para la llamada “inteligencia estratégica”, que equivale a más de la mitad de las arcas de la ex SIDE. El organismo que maneja Héctor Icazuriaga tiene una partida de 612.674.581 pesos.
Es más, la caja que maneja Milani para tareas de inteligencia es superior a la sumatoria de todo el aparato de espionaje de las fuerzas de seguridad federales que dependen del Ministerio de Seguridad. Es decir más que la Policía Federal, Gendarmería, Prefectura, y la Policía de Seguridad Aeroportuaria juntas.
Veamos: según el Presupuesto 2013, la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal destina para acciones de “inteligencia criminal” 34.925.242 pesos, Policía Federa 156.679.000, Gendarmería 89.783.087, Prefectura 37.021.523. En total el Ministerio de Seguridad tiene previsto un gasto de 330.554.247 pesos, es decir que Milani tiene para el espionaje del Ejército en tiempo de paz 2.409.225 pesos más de lo que el Estado le brinda a todas las fuerzas de seguridad.
En el 2003, cuando las Fuerzas Armadas no tenían más hipótesis de conflicto que las que tienen hoy, el Ejército destinaba a la inteligencia 13.608.002 pesos.
El 15 de junio de 2012, el entonces ministro de Defensa Arturo Puricelli dijo que “no hay hipótesis de conflicto” y que “América del Sur es una zona de paz”. Un mes antes, Horacio Jaunarena, ex ministro de Defensa de los gobiernos de Raúl Alfonsín, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde, advirtió en Radio 10 que en las Fuerzas Armadas hay “un sistema de inteligencia interna”.
Primer destino: Operativo Independencia
Durante sus años como jefe de la inteligencia militar, el general César Milani no paró de acumular denuncias en su contra. La última de ellas es en la que se lo investiga, junto a otros militares, por supuestas irregularidades en la millonaria compra de alimentos al Mercado Centra que eran para abastecer a diferentes unidades.
Pero el cuestionamiento más fuerte la realizó el senador radical Gerardo Morales, quien lo acusó por haber participado, supuestamente, en acciones represivas del denominado “Operativo Independencia”, iniciado en la provincia de Tucumán en 1975. Milani egresó del Colegio Militar ese año y, según su legajo, fue destinado al Batallón de Ingenieros de Construcción 141 con sede en La Rioja, pero en comisión en Tucumán. Por eso se lo relacionó con ese operativo represivo que comandó el general Acdel Vilas,y que ordenó el Poder Ejecutivo, hasta que en diciembre del 76 fue reemplazado por el general Antonio Bussi, procesado por delitos de lesa humanidad.