República Argentina: 7:50:54pm

El 6 de junio, con un oficio religioso en la Iglesia Nuestra Señora de Luján Castrense, en el barrio porteño de Palermo (Cabildo 425 de CABA), se recordó el 91 aniversario de su nacimiento del coronel Argentino del Valle Larrabure, que fuera secuestrado por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el 12 de agosto de 1974, mantenido en cautiverio durante 372 días y asesinado el 19 de agosto de 1975, a sus 43 años de edad.

El oficio religioso,  estuvo a cargo del obispo castrense de Argentina, monseñor Santiago Olivera.

“Siempre recuerdo con gozo aquellas palabras de San Juan Pablo II: ´la vida del otro es un don para mí´, ciertamente la vida del coronel es un don para cada uno de nosotros”, expresó Monseñor Olivera acerca de Larrabure, a quien el Vaticano autorizó la apertura de la causa de beatificación, durante fines del mes de abril de este año y del cual publicara TIEMPO MILITAR.

Como se recordara, el pedido fue presentado por el Obispo Castrense  Santiago Olivera al cardenal italiano Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, quien confirmó el “nihil obstat” (nada obsta, nada en contra), o sea, la autorización de la Santa Sede para iniciar el proceso.

El Obispo Castrense Santiago Olivera enalteció la figura de Larrabure, que como se recordara, en pleno  gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón, un comando de 70 guerrilleros del ERP asaltó la Fábrica Militar de Pólvora y Explosivos de Villa María (Córdoba), y secuestró  a quien era el subdirector de la Fábrica.

“Él bien supo no dejarse enredar por sentimientos de enfrentamientos ni de odios, de violencia y revancha para encarnar las verdades aprendidas y vividas del Evangelio. Supo de fidelidad a sus convicciones y de su amor a la Patria hasta el extremo”, afirmó el Obispo Castrense.

Durante el oficio religioso, Monseñor  Olivera, leyó un fragmento del diario de cautiverio de Larrabure, en donde se reproduce un diálogo entre él y uno de sus secuestradores. “Mayor, usted es especialista en armas y explosivos. Acepte usted trabajar como asesor para las fábricas de nuestra organización y será libre”, le exigen. A lo que Larrabure respondió: “Por este precio no… Sólo la muerte, que sabe a la pureza del fruto no corrompido. Morir, pero por ideales que están al amparo de símbolos que nos conmueven el espíritu con la visión de una nación altiva. Ricas pampas, ríos caudalosos, mocetones que sienten la patria por la pureza de sus corazones libres y que ignoran cánticos foráneos y estrellas imperialistas de cinco puntas teñidas de rojo. ¡Oh, muerte apetecida, te espero fiel a mi patria y a mi Ejercito!”, respondió.

El secuestrador le respondió  “usted tiene un desequilibrio emocional que no le permite apreciar exactamente su situación. Piense y hablaremos”. Larrabure contesto: “Sí, hablaremos, para que cada vez más se consolide más mi fe y mi fidelidad”

El oficio religioso conto con mucha asistencia de militares retirados y sus familiares. El día anterior, la UP había  adherido y convocaba  a concurrir al  oficio religioso.


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