El relevo por “razones de servicio” del general Gustavo Lux, al frente del Comando Operacional de las Fuerzas Armadas, desnuda la compleja situación que envuelve a la cúpula del generalato en el marco de nuevas luchas intestinas tras el recambio ministerial de Nilda Garré por Arturo Puricelli.
Lux, uno de los hombres preferidos de Garré, dejó su despacho este viernes (1 julio 2011) apenas seis meses después de haber asumido tras un complicado “tironeo” en donde varios oficiales de alto rango, en condiciones de ascender, quedaron fuera de carrera. El jueves (30 jun 2011), la presidenta Cristina Fernández designó al general Jorge Tellado como nuevo comandante Operacional de las Fuerzas Armadas en reemplazo precisamente del oficial. Un escueto comunicado oficial, publicado en el sitio oficial de la Presidencia, dio cuenta del reemplazo a través del decreto 861, sin dar otra explicación que el alejamiento se producía por necesidades operativas.
El Comando Operacional de las Fuerzas Armadas fue creado mediante el decreto 727/06 (Reglamentación de la Ley de Defensa Nacional 23.554) el 13 de junio de 2006, materializándose en marzo de 2007.
Entre las actividades más destacadas desarrolladas por el Comando Operacional, se encuentran el despliegue de contingentes para las misiones de paz en Haití y Chipre; abastecimiento de las bases antárticas que Argentina posee en el continente blanco; control aeroespacial en el norte y noroeste del país, entre otras tareas.
Lux había asumido el pasado 17 de diciembre de 2010 durante una ceremonia presidida por el ministro de Defensa, Arturo Puricelli.
Por su parte, el último destino del general Tellado era la de comandante de Adiestramiento y Alistamiento del Ejército.