República Argentina: 9:27:24am

Con singulares comparaciones, el diario Clarín detalla este domingo (12 abr 2020) que las FF.AA. ya ejecutan el mayor despliegue operacional desde la guerra de Malvinas y recuerda, por ejemplo el controvertido Operativo Dorrego, en 1973 donde centenares de miembros de la Juventud Peronista y Montoneros, trabajaron junto a los uniformados en tareas de ayuda a los inundados por las inundaciones en el sudeste bonaerense.

De acuerdo a una recopilación hecha por Daniel Santoro, en tres semanas repartieron 300 mil raciones de comida, instalaron 900 camas y repatriaron 900 argentinos. Defensa recibió un refuerzo presupuestario de 583 millones. Rossi dijo los militares son recibidos con aplausos en barrios pobres.

Con los pocos medios que les quedan las fuerzas armadas realizan el despliegue operacional más grande desde la guerra de Malvinas de 1982: ya repartieron 300 mil raciones de comida, prepararon 900 camas hospitalarias y repatriaron 900 argentinos en las primeras tres semanas de cuarentena, entre otras tareas. Si bien el Gobierno dividió el país en 14 zonas de emergencia los esfuerzos de los militares -que van desarmados- se concentran en el Gran Buenos Aires, donde para su sorpresa son recibidos con aplausos.

Hasta antes del DNU que decretó el aislamiento obligatorio, las FF.AA. prácticamente no tenía recursos presupuestarios para sus actividades diarias, ahora el Gobierno les reasignó una partida de 583 millones de pesos, más otros 400 millones que cobran los militares como parte de los 5 mil pesos extra asignados a los empleados públicos. Pero dicen en Defensa hará falta más dinero para mantener el operativo hasta, por lo menos, el 24 de abril.

El virus cambió de repente la situación de las FF.AA. Incluso el ministro de Defensa, Agustín Rossi, no había sido invitado a la primera reunión del comité de crisis que creó el presidente Alberto Fernández, pero con el correr de los días la presencia de militares de uniforme y sin armas -van con una custodia policial-, repartiendo comidas calientes en barrios pobres de La Matanza, por ejemplo, resignificaron el rol militar ante una emergencia sanitaria.

"El personal militar que participa de estas operaciones es muy bien recibido por la comunidad, con mucha empatía y reconocimiento; muchas veces con aplausos", reconoció Rossi a solo tres semanas de que el presidente Fernández fuera criticado por el kirchnerismo duro por haber pedido “dar vuelta la página” respecto de la última dictadura militar, al relacionar a los delitos de lesa humanidad con “la inconducta de algunos” militares.

Se trata de un giro ideológico del kirchnerismo que, por ejemplo, había bloqueado en el 2001 la propuesta del ex jefe del Ejército Ricardo Brinzoni de enseñar oficios en los cuarteles a jóvenes desempleados y criticado, el año pasado, la creación del servicio cívico voluntario de Gendarmería que implementó la ex ministra de Seguridad Patricia Bullrich. En cambio, el ex presidente Eduardo Duhalde había aceptado una propuesta del ex ministro de Defensa, Horacio Jaunarena, para que los militares repartieran alimentos en la crisis del 2001. Y en el 2018 se lanzaron tareas comunitarias en la Villa La Carbonilla del “Ejército nacional y popular” de César Milani  (el Dorrego II), inspirada en el Operativo Dorrego del gobierno de Héctor Cámpora en 1973 cuando el Ejército y Montoneros ayudaron juntos a esa ciudad por una inundación en esa ciudad bonaerense. Algunos ya llaman a este despliegue "Dorrego III".

Rápido de reflejos políticos, en una teleconferencia con la comisión de Defensa de Diputados, Rossi dijo esta semana que era el momento de rediscutir el rol militar “como una política de Estado”, luego de años en que los militares quedaron fueron del debate nacional, excepto por la represión ilegal de la dictadura.

Esta operación de Defensa Civil sin precedentes es conducida por El titular del Estado Mayor Conjunto de las FF.AA, general Juan Paleo, el Comandante Operacional, general Martín Deimundo Escobal; el Jefe del Estado Mayor del Ejército, general Agustín Humberto Cejas; el jefe de la Armada, contralmirante Julio Horacio Guardia y el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier Xavier Isaac. Bajo las órdenes de Rossi se instaló un comité de Riesgo Sanitario en el edificio Libertador desde donde se monitorean las operaciones.

 

Las Fuerzas Armadas ya realizaron las siguientes actividades:

 

- 117 operaciones de Sanidad: confección y distribución de 48 mil barbijos, producción de alcohol en gel, campaña de vacunación, controles de temperatura de personas en tránsito en apoyo al ministerio de Seguridad y despliegue de dos hospitales de campaña reubicables.

 

- 333 operaciones de reparto de alimentos calientes (con cocinas de campaña) y fríos, que suponen la entrega de casi 300 mil raciones.

 

- 12 de agua: potabilización y distribución.

 

- 112 actividades de protección civil.

 

- 12 de transporte con el empleo de 1108 vehículos.

 

- 48 aeronaves y 181 horas de vuelo para repatriar casi 900 argentinos. Pese a que la Fuerza Aérea prácticamente no tiene aviones de combate, los nobles C-130 Hércules de transporte pasaron a ser los niños minados del arma. El viejo Fokker F28 de la Armada, también está siendo clave.

 

La crisis comprobó, dijo Rossi, que “no hay otra agencia logística en el Estado que tenga la capacidad territorial de las Fuerzas Armadas a lo largo y a lo ancho del país”. El operativo llega hasta Los Toldos, en Salta –pueblo encerrado por la geografía al que hay que ingresar desde Bolivia- a Tierra del Fuego que ha quedado aislada del resto del país. Como esta provincia es la que tiene mayor cantidad de casos por habitante, la Armada reparte su comida caliente y puso a disposición de la gobernación su infraestructura sanitaria. Rossi aclaró que, por ahora, no tiene órdenes del presidente de usar el rompehielos Irizar como hospital militar porque en agosto empieza la campaña antártica y hay que ir a buscar y reemplazar el personal que está pasando el invierno allá. Un contagiado arriba del buque lo paralizaría por meses. Otro problema es Catamarca, que tras las reducciones de las FF.AA. de los últimos años, quedó sin una sola unidad militar.

 En relación a la infraestructura sanitaria militar disponible, Rossi dijo que "tiene una cantidad de 115 camas de terapia intensiva (con respiradores y gases), 372 de intermedia (con gases) y 390 generales" y que "hay otras 27 -de terapia intensiva-solicitadas para aumentar la capacidad". En fuentes militares se explicó que el hospital de campaña de Campo de Mayo “tiene camas y otros insumos mínimos” y que aún le falta equipamiento para como tener un rol clave en la crisis. En cambio, el hospital reubicable de la Fuerza Aérea de mediana complejidad y que estuvo 11 años en Haití fue desplegado en el barrio porteño de Pompeya. Mientras el laboratorio de las FF.AA. ya fabricó de alcohol en gel. Pasó de aproximadamente 2.000 a 5.000 litros por semana pero por ahora son para autoconsumo y tiene el problema de la escasez de carbopol, un insumo necesario para su elaboración.

El personal que sale a los barrios a repartir alimentos lo hacen con su barbijo, sus guantes y sus antiparras y, por ahora, los efectivos de la Compañía de Ingenieros QBN -especializada en Defensa Nuclear, Radiológica, Biológica y Química- que es la única cuenta con trajes especiales- solo será usada para tareas de desinfección.

En cuanto al despliegue en el GBA, el ministro consignó que se sobrevoló la zona donde se encuentran los principales centros de distribución de alimentos que el Ejército instaló en la Matanza. “Estamos distribuyendo 24.000 raciones de comida por día, con el personal que cumple funciones entre las 8 y las 18 y que duerme en esas instalaciones” dijo en el territorio que dirige el kirchnerista Fernando Espinoza. El ministro explicó el método: las municipalidades piden ayuda militar a los ministerios de Desarrollo Social o Salud y Defensa envía los medios, intentando no politizar la asistencia. Sin embargo, el referente de Cambiemos en La Matanza, Alejandro Finocchiaro, se quejó porque Espinosa aparece como el “padre” de la ayuda militar en algunas fotos.

Los mayores esfuerzos son en el GBA donde el Gobierno teme crezca la pandemia en las próximas semanas. Como el Ejército tiene pocos camiones con las habilitaciones legales para circular, Chevrolet puso camionetas a disposición del arma. Si la epidemia crece, Defensa convocará a militares retirados bajo el artículo 14 sobre todo del área médica y logística. En definitiva, un despliegue sin precedentes desde 1982. La única preocupación de los militares es que esta misión secundaria pase a ser la principal de las FF.AA. que están destinadas a la defensa de la soberanía, pero este es otro debate.

 


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