República Argentina: 11:36:36am

Dentro de lo dramático de los prolegómenos de la integración del nuevo gobierno, es comprensible lo difícil de establecer responsabilidades y diagramar políticas de inmediato cumplimiento. La inflación, las finanzas, la inseguridad, la situación social parecieran abarcar todo el espacio, que no cabe duda que es muy difícil de resolver.

Pero hay un hecho sencillo que ha ocupado la opinión pública sobre el desarrollo de la campaña electoral que significa la malversación de fondos públicos, como lo son las boletas obsoletas y anacrónicas. El costo del papel, la impresión, distribución y traslado, más la fiscalización y la necesidad de cubrir más de 105.000 mesas de votación con sus correspondientes autoridades, son inadmisibles. Se llegó a pedir y a habilitar por parte de la Justicia Electoral la presencia de representantes de los partidos hasta los lugares de entrega de las urnas. Vaya un detalle: el 8 de junio de 2022, en una votación de las más trascendentales en la Cámara de Diputados, se aprobó el uso de la boleta única para las elecciones nacionales en todo el territorio de la Nación. El día de la convocatoria se utilizarían para las elecciones de presidente, vicepresidente, senadores y diputados nacionales en representación del pueblo de cada una de las provincias. Por supuesto, en cada una de ellas serían especificados los nombres de los candidatos correspondientes al territorio respectivo. El plazo de tratamiento girado al Senado de la Nación es de dos períodos legislativos. Qué inmensa señal de que el cambio en el funcionamiento está en marcha sería que el presidente electo de la República convoque a sesiones extraordinarias, tal como anunció, e incluya, en el caso del Senado, el tratamiento inmediato de este tema. Tuve el gusto de integrar el Concejo Deliberante como presidente de la bancada mayoritaria del radicalismo con el actual ministro del Interior designado oficialmente, Guillermo Francos. Por un tema puntual, tuve en ese momento una charla con él sobre por qué una norma dependía de la oportunidad y del respaldo popular que tiene, cosa que se da en esta oportunidad y que significaría una tremenda oxigenación en la vida democrática de nuestro país.

No perdamos esta posibilidad, y quizás le demos satisfacción a aquel histórico reclamo de Ortega y Gasset: “Argentinos, a las cosas”.

José María García Arecha (h.)

Exsenador de la Nación (UCR-CABA)

Publicado en La Nación


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