República Argentina: 1:31:44pm

Señor director:

El martes 19 de septiembre estuve en el penal militar de Campo de Mayo, visitando como lo vengo haciendo desde el año 2009, al teniente coronel Jorge Di Pasquale y otros camaradas, prisioneros de guerra.

Si bien ya he escrito en varias ocasiones sobre esta calificación, vale la aclaración que, denomino así a nuestros presos que, en los años setenta, en defensa de valores y principios, combatieron contra la subversión marxista e internacionalista, que asolaba a los argentinos y hoy son presos del mismo enemigo terrorista, montonero y erpiano que se encuentra en el poder y en todos los estamentos del Estado y, desde esa posición, ha decidido continuar la guerra que ellos mismos desataron en los setenta con la lucha armada y ahora lo hacen a través de una justicia prevaricadora y degenerada, ya que la verdadera ha degenerado en injusticia, abusiva, arbitraria y vengativa.

Volviendo al día de mi visita, oportunidad en que Jorge Di Pasquale debió participar de una sesión de uno de los juicios que lo tienen por “acusado”, ante una pregunta mía sobre, ¿cómo le había ido con esa “parodia de juicio?”, me contó que había hecho una presentación escrita ante el tribunal, pidiendo la recusación de quien oficia el cargo de fiscal. Ante mi sorpresa por el tenor del petitorio, Di Pasquale pidió autorización para volver hasta su celda con la finalidad de acercarme una copia de su escrito.

Debo confesar que creía que absolutamente nada podía sorprenderme tratándose de estos juicios totalmente ilegales y abusivos, pues me consta de innumerables casos aberrantes, pero éste por lo evidente, logró despertar toda mi indignación y motivarme para dejar por escrito públicamente este testimonio.

En efecto, ocurre que la fiscal federal de marras, Ana Claudia Oberlín, no está en condiciones de actuar con independencia, imparcialidad y objetividad en el tratamiento de supuestos delitos, arbitrariamente calificados en la actualidad como de lesa humanidad.

En su escrito de 21 fojas, Di Pasquale fundamenta su pedido de recusación en forma detallada citando jurisprudencia existente de destacados juristas nacionales y extranjeros, bibliografía consultada, artículos de la Constitución Nacional, la Ley del Ministerio Público Fiscal, el Estatuto de Roma y, en la parte correspondiente a los Hechos, mencionando lo siguiente: “La fiscal Ana Claudia Oberlín, es pariente de personas que figuran como desaparecidos o muertos durante la confrontación ideológica desarrollada en el país en las décadas del ’60, ’70 y ’80 del siglo pasado. Al respecto cabe señalar lo siguiente: Tío de la Fiscal: Oberlín Bertold, Héctor Guillermo, caso desaparición forzada ocurrida el 08/01/1976. Integrante de la organización política-militar Montoneros. Tío de la Fiscal: Baudracco Mano, Angel Santiago, caso desaparición forzada ocurrida el 08/01/1976. Integrante de la organización política-militar Montoneros.

Padre de la Fiscal: Oberlín Bertold, René Honorio. Murió el 06/09/1977 en la vía pública al ingerir una pastilla de cianuro al verse cercado por fuerzas estatales que iban a detenerlo. Integrante de la organización política-militar Montoneros.

Tío de la Fiscal: Oberlín Dante, último secretario general de ASA (asociación Sindical Argentina), exiliado en 1976. Integrante de la organización política-militar Montoneros”.

También agrego que, en los fundamentos de su presentación Di Pasquale se lamenta por las pérdidas que sufriera la fiscal, pero a la vez deja claro que ella misma debió apartarse de esta causa por estar incursa en las generales de la ley, que le corresponden a todo ciudadano afectado a un juicio y cuanto más a una fiscal de una causa, que además tiene una participación activa en las organizaciones Hijos y Madres de Plaza de Mayo. Y que todo eso obviamente pone en duda su imparcialidad, independencia y objetividad.

Si bien como ya lo hemos expresado en varias oportunidades, estos juicios están viciados desde el preciso momento en que Nestor Kirchner presidente y el terrorista subversivo Horacio Verbistky pactaron cómo llevar adelante desde el gobierno, la guerra psicopolítica a través de la “justicia”, para vengarse de las FF.AA. que le infringieron una derrota en el campo militar en los años ’70, todavía la sociedad argentina mira con indolencia lo que ocurre con las Fuerzas del Orden de la Nación, víctimas de una Justicia degenerada. Quiera Dios que este escrito sirva, por lo menos, para abrir los ojos de nuestros compatriotas que, durante tanto tiempo han sido engañados sobre quién es el verdadero enemigo. ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva María Reina! ¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete

Ex Mayor E.A.”

Publicado en La Prensa (www.laprensa.com.ar )


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