(La Prensa) Por Agustín De Beitía . En un dramático giro en los acontecimientos, el ex militar Julio Narciso Flores, cuya prolongada huelga de hambre para reclamar que se le otorgue la prisión domiciliaria empezaba a concitar la atención pública, fue retirado intempestivamente de la cárcel salteña de Güemes y trasladado a un hospital neuropsiquiátrico de la capital provincial, un exceso que se concretó además sin avisar a sus familiares, quienes vivieron horas angustiantes sin saber dónde se encontraba. La abrupta medida quería impedir que una delegación de diputados nacionales que había viajado a Salta para interiorizarse sobre la situación del ex cabo de la Fuerza Aérea pudiera verlo ayer, tal como estaba previsto.