Tan sólo dos semanas después de que el nuevo ministro de Defensa, Agustín Rossi, asegurara públicamente que no habría cambios en las jefaturas castrenses, la presidenta Cristina Kirchner relevó el miércoles (26 jun 2013) a la conducción de las Fuerzas Armadas y el Estado Mayor Conjunto. Un hombre clave, el general Cesar Milani, comandará el Ejército y será de hecho el responsable virtual de todo el aparato militar. Las nuevas designaciones, en teoría, deberían forzar -especialmente en el Estado Mayor Conjunto - una cascada de pases a retiro, pero ha sido común en los últimos tiempos que esta norma sufra alteraciones.
La Presidenta dispuso que el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, brigadier general Jorge Alberto Chevalier, sea reemplazado por el general de brigada Luis María Carena, de hecho un subordinado de Milani en la escala de mandos cuando tendría que ser exactamente al revés. Técnicamente la designación de Carena, arrastra una decena de superiores jerárquicos que hasta ahora ocupaban cargos de relevancia en el organismo. En ese plano se consideró que, con su designación, el Estado Mayor Conjunto quizás vuelva a su antiguo y mero rol de ente asesor testimonial, sin injerencia - a contramano de lo que ocurre en los ejércitos modernos - en las directivas y movimientos cotidianos de las tres fuerzas.
Milani, reemplazará al teniente general Luis Alberto Pozzi, quien desde hace tiempo ejercía una conducción “formal” de la fuerza ya que la real estaba en manos del ahora nuevo comandante. En tanto el contraalmirante Gastón Fernando Erice, actual subjefe de la fuerza, sustituirá al almirante Daniel Alberto Enrique Martin como jefe de la Armada.