Actuando como mediadores, Rusia, Irán y Turquía proponen un camino para que Siria salga de la crisis en que está inmersa desde hace varios años, que permita terminar con la violencia y a la vez reconstruir un estado representativo de todos los sectores de la población, con plenos poderes al pueblo sirio a través del voto secreto. En ese plano se ve con como una luz al final del túnel que representantes del Gobierno Sirio y la oposición reunidos en Astaná (Kazajistán) durante las conversaciones con los países garantes (Rusia, qIrán y Turquía) hayan reconocieron el inicio de un proceso político, la necesidad de una nueva Carta Magna y del debate e intercambio de opiniones.