República Argentina: 8:33:15pm

Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar
Es imprescindible recordar que el 28 de abril de 1974, alrededor de las 14.30, el Dr. Jorge Vicente Quiroga, de 48 años, iba caminando por Viamonte al 1500 (esquina Paraná), a ver un partido de fútbol, cuando apareció una moto con dos personas. Una de ellas se bajó y le disparó 14 balazos.

El cuerpo del magistrado fue trasladado al Hospital Rawson, donde murió más tarde. Los terroristas que lo asesinaron fueron Marino Amador Fernández y Raúl Argemi, los cuales, debido a la ley de amnistía del 26 de mayo de 1973, dictada por Héctor Cámpora y Esteban Righi (procurador general de la Nación del 23/6/04 hasta el 10/4/12), fueron liberados, luego “indemnizados” por su “accionar”. El Dr. Quiroga fue uno de los integrantes de la Cámara Federal en lo Penal (Sala 3) que juzgaron a los terroristas, desde su creación, en 1971 (a instancias del entonces ministro de Justicia Dr. Jaime Perriaux), hasta su disolución por el gobierno de Cámpora, el 26 de mayo de 1973, dejando así a sus integrantes expuestos, sin protección, a la venganza de quienes habían sido juzgados y luego liberados. Se sucedieron así los atentados y varios de aquellos hombres que habían actuado con responsabilidad y valentía se vieron obligados a salir del país. El doctor Quiroga no quiso hacerlo y pagó con su vida. Fue un prestigioso juez, valiente como pocos y un hombre de bien, que honró al Poder Judicial, al país y, agrego, con su vida.

En el edificio de la citada Cámara Federal, de Viamonte al 1100, había una placa que permitía leer lo siguiente: “Jorge Vicente Quiroga. Secretario, Fiscal y Juez de la Nación. Administró justicia con prontitud ejemplar. Integró la Cámara Federal en lo Penal hasta su disolución el 26 de mayo de 1973. Fue asesinado por delincuentes terroristas el 28 de abril de 1974”. Pero el sindicato de empleados de la Justicia logró que dicha sencilla placa, que homenajeaba a Quiroga, fuese retirada por orden del juez Gustavo Bruzzone. Vaya uno a saber qué argumento se habrá esgrimido para estimar el “pedido”. Seguramente Bruzzone no haya tenido idea de quién fue el juez Quiroga ni de que ha regalado su vida a los argentinos por administrar justicia.

Por suerte, la placa fue rescatada y hoy está en el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. Así le pagó la Nación a Jorge Vicente Quiroga, quien con la ley en la mano juzgaba a los terroristas que ensangrentaron nuestra patria.

Matías G. Sánchez Sorondo

DNI 16.940.566


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