Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar
“Vivíamos en democracia, pero algunas cosas comenzaron a tensarse alrededor nuestro”.
La película Número 24 permite trazar una simetría exacta entre la resistencia noruega, grupo que saboteaba el avance nazi durante la Segunda Guerra Mundial, y la respuesta cívico-militar argentina frente al terrorismo marxista que operó en todo el territorio nacional entre 1959 (Frondizi) y 1989 (Alfonsín), atacando a empresarios, bancos, civiles, jueces, fiscales, militares, policías y cualquier fuente de rédito económico, armamentístico o de poder extorsivo. El período 1973-1975 fue el de mayor actividad terrorista (Cámpora, Perón, Martínez de Perón). Claro que, para tal paralelismo, es necesario conocer la historia completa de esos treinta años, ya sea por haberlos vivido de manera consciente o por haberse informado privilegiando factos por sobre ideología. Gunnar Sønsteby, protagonista, fue honrado en vida por su servicio a la paz y libertad de Noruega. No pueden decir lo mismo los civiles y militares argentinos que enfrentaron al marxismo. Ellos son juzgados bajo viciados procesos judiciales que no se ajustan a un mínimo principio de derecho.
David San Román
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