República Argentina: 11:49:46pm

El diario La Nación hizo público el jueves (17 nov 2016) una insólita historia que se ventila desde hace meses puertas adentro de la burocracia: El trabajo de reconstrucción del rompehielos Irizar, que desde fines de 2009 insumió ya más de US$ 284 millones, está detenido por desacuerdos en el propio Gobierno en torno de una inversión que no superaría los $ 22 millones. Los ministerios de Defensa y de Transporte no se ponen de acuerdo en el dragado de un canal para que el buque pueda navegar y salir del Complejo Tandanor para ser sometido a las pruebas de agua.Paradojas del destino, destruido hace nueve años por el fuego, el Irizar hoy no puede acceder al agua.

"El Irizar no puede salir a hacer las pruebas de agua porque no tiene garantizado el calado mínimo de 7,50 metros que necesita para entrar y salir de la Dársena Sur. Es un recorrido de 150 metros", reveló a LA NACION una fuente del Ministerio de Defensa que sigue de cerca las gestiones hasta ahora frustradas con el área de Transporte.

El conflicto se arrastra desde hace tres meses y medio. Para la cartera que conduce Julio Martínez, las obras para garantizar el calado requerido podrían hacerse con las dragas que tiene la Dirección Nacional de Vías Navegables, en la órbita del Ministerio de Transporte.

La sugerencia de hacerlo mediante una contratación directa -por un monto incluso inferior a los $ 22 millones- tropezó con la resistencia del área que conduce Guillermo Dietrich, que exigió realizarlo por licitación. Ello extenderá seguramente los plazos por lo menos a seis meses, siempre que no se presenten impugnaciones.

"Así como Vialidad Nacional es el encargado de mantener el buen estado de las rutas nacionales y el Ministerio de Energía se ocupa de la línea eléctrica, el Ministerio de Transporte tiene que mantener las vías navegables", se quejó un funcionario de Defensa, al deslindar responsabilidades. Ante la requisitoria de LA NACION, en el área de Transporte no respondieron los reclamos de Defensa, aunque dejaron trascender que el problema no es tan lineal como se interpreta en el entorno de Martínez.

Fuentes navales, en tanto, indicaron que la cartera de Martínez avanzó en gestiones para realizar una contratación privada con la empresa Servimagnus, vinculada con la firma brasileña Rowin SA, que es subsidiaria de una compañía china. En el Compelo Tandanor aseguraron a LA NACION que "no hay ninguna tarea de dragado en las inmediaciones del astillero".

Fuentes oficiales estimaron que el trabajo para poner en condiciones el canal demoraría entre 15 y 35 días, de acuerdo con la capacidad de las dragas que se utilicen. Pero las indefiniciones postergan una discusión interna que ya lleva unos 100 días.

El dragado del canal suma un problema adicional, según contaron fuentes del Gobierno: la deposición final del material que se extrae del lecho del río. No hay acuerdo sobre el destino de los desechos ni sobre quién tomará la decisión final.

 

El nuevo Irizar

 

Tras el devastador incendio de abril de 2007 y la reconstrucción iniciada dos años después, el emblemático rompehielos luce ya renovado en Tandanor.

Cuenta ya con una nueva planta propulsora y generadora, un moderno sistema eléctrico, una capacidad para 313 personas (antes tenía 245 plazas), un área de 415m2 para laboratorios de investigación, la automatización de la sala de máquinas, los sistemas de emergencia y control de incendios, con tecnología de última generación.

Se duplicó, además, la capacidad para el transporte de combustible antártico. Pero está enterrado 1,5 metros en arena y no puede ser sacado del astillero por el insuficiente calado del canal.

Para reparar y modernizar el Irizar se invirtieron US$ 147 millones en siete años. Pero a eso deben sumarse otros US$ 137 millones por el alquiler de rompehielos y buques polares que lo sustituyeron en las sucesivas campañas antárticas, lo que aumenta el gasto a US$ 284 millones.

"No vamos a tener al Irizar ni siquiera como buque acompañante en la próxima campaña antártica, que era a lo que aspirábamos", advirtió a LA NACION un colaborador del ministro Martínez.

La campaña antártica es todavía un desafío del Gobierno, ante las costosas ofertas que se presentaron en la licitación convocada por el Ministerio de Defensa para alquilar los buques sustitutos del Irizar. "Lo más probable es que la campaña se haga con medios propios y todas las seguridades", arriesgó una fuente oficial.

 


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