En una comunicación anterior TIEMPO MILITAR se ha dirigido a sus lectores para comunicar que no participará de la batalla mediática por el enfrentamiento entre el Gobierno y la oposición (enfrentamiento que se traduce en fuertes denuncias cruzadas a través de la prensa) en torno a la cuestionada figura del jefe del Ejército, general César Milani. Sólo informará en base a las comunicaciones oficiales, no los trascendidos o especulaciones de prensa, que se produzcan,.
TIEMPO MILITAR, en su edición impresa número 274, que aparece este jueves 1 de agosto, ha resuelto fijar editorialmente su posición en torno al tema. Lo entiende así porque las palabras impresas, en letras de molde, blanco sobre negro, perpetúan en el tiempo y servirán de punto de referencia a quienes proseguirán el camino. Porque quienes hacemos esta publicación creemos que algún día la verdad saldrá a la luz y el país se encaminará hacia su tantas veces postergado futuro de grandeza.
El Ejército en particular y las Fuerzas Armadas en general viven en estas semanas las horas más tristes de su historia reciente.
TIEMPO MILITAR no piensa en Milani, ni en los generales, ni siquiera en los coroneles o sus equivalentes. TIEMPO MILITAR ve con preocupación como jóvenes oficiales, suboficiales y aún soldados voluntarios que necesariamente ven la televisión, escuchan la radio y aún tomando el colectivo o el tren para ir a sus cuarteles o al Colegio Militar, ven la portada de los diarios colgadas en los quioscos, sienten que algo anda muy mal y no encuentran respuestas convincentes o clarificadoras. Desde el vamos ponen en tela de juicio la moral de sus superiores. Desde el vamos su confianza y fe en el superior se empieza a degradar.
Habrá que trabajar mucho para enderezar algún día todo esto, aún mucho pero mucho después de que Milani siga o abandone el cargo. Los políticos tienen la habilidad de cambiar su plumaje tantas veces como sea necesario.
El militar o al menos el militar de honor, no. El uniforme solo se desgarra y cubre de sangre en el combate, frente a los enemigos de la Patria. Nunca de verguenza
LA DIRECCION DE TIEMPO MILITAR