República Argentina: 12:30:03am

“Las tropas de paz de Naciones Unidas no pueden ser un blanco”: el reclamo de un coronel argentino comisionado en el Líbano.

En medio de las crecientes tensiones entre Israel y la ONU, el jefe de personal militar de la misión en el cuartel general de Finul le contó a LA NACION el estado de alerta máxima en el que la fuerza multinacional. Elisabetta Piqué. Corresponsal en Italia (publicado en La Nación)

ROMA.- Está en un bunker a varios metros bajo tierra con casco y chaleco antibala, porque el nivel de alerta es máximo: el número tres. Afuera siguen los combates, él se encuentra en medio del fuego cruzado entre las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el grupo terrorista Hezbollah y la comunicación se entrecorta. Pero la voz en el teléfono del coronel Pablo Zanzero, uno de los cuatro argentinos que forman parte de la Finul, la fuerza de paz de Naciones Unidas en el Líbano, es serena.

“No deberíamos ser un blanco, las tropas de paz de Naciones Unidas no pueden ser un blanco, pero cuando uno está en medio de dos fuerzas que están combatiendo, como sucede ahora, siempre hay riesgos, hay tensión, hay adrenalina, pero no hay miedo: estamos preparados para estas situaciones y tenemos asumidos los riesgo”, dice a LA NACION Zanzero, coronel del ejército argentino que desde hace poco más de cuatro meses es jefe del personal militar de la misión y se encuentra en el cuartel general de Finul de Naqora, en el sur del Líbano y a cuatro kilómetros de la frontera con Israel, una de las zonas más caliente y peligrosas del planeta en este momento.

Aunque parece tranquilo, Zanzero admite que la situación “es complicada”. Los proyectiles caen cerca, las alarmas son constantes, así como el intercambio de fuego de los enemigos. Desde hace días, de hecho, hasta duerme en uno de los búnkers de la Finul, fuerza multinacional de mantenimiento de la paz que se creó en esta área caliente del mundo en 1978, ahora bajo de los reflectores al hallarse en el epicentro del nuevo frente de guerra israelí.

 

En los últimos días, cuatro cascos azules de esta fuerza multinacional de unos 11.000 efectivos de 49 países (dos soldados de Sri Lanka y dos de Indonesia), resultaron heridos por aparente fuego israelí; varios países que integran esta fuerza de paz, entre los cuales Italia, que tiene uno de los contingentes más numerosos, de mil hombres, denunciaron estos “inaceptables” ataques y el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, en una declaración dirigida al secretario general de la ONU, António Guterres (a quien declaró recientemente “persona no grata”), instó a Finul a retirarse del sur del Líbano. Además, en otro episodio aún no esclarecido, este domingo tanques israelíes irrumpieron en las puertas de una base, según la ONU. Guterres hizo saber, por su parte, que los ataques contra las fuerzas de paz violan el derecho internacional y pueden constituir un crimen de guerra

 


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