República Argentina: 3:20:56pm

Carta de lectores publicada en www.lanacion.com.ar

Con su habitual claridad, Enrique Munilla, en su carta del 28 del actual, nos recuerda los escenarios de terror que se empecina en mostrar sin pudor la Justicia Federal argentina, con sentencias que darían vergüenza al más caradura de los cristianos.

Se refiere así a la crueldad de juzgadores inmisericordes que no trepidan en mandar a la muerte a inocentes gracias a los cuales, y a no dudarlo, ellos hoy pueden ser jueces. Los años pasan, uno envejece y a veces se cansa de seguir gritando en el desierto. Sin embargo, cuando volvemos a mirar estos casos del pasado que hoy siguen destruyendo tantas vidas, las alertas vuelven a espolear el alma. ¿Cómo es posible que jueces moralmente cuestionados desde hace tanto tiempo sean capaces de perpetrar semejante atropello a la justicia, la vida y la dignidad? Hace varias décadas, cuando era un inexperto abogado con el pecado de ser joven, les decía a mis defendidos: “¡No se angustien, si ustedes son inocentes la verdad saldrá a la luz y todo se habrá terminado!”. ¡Hoy soy yo el que percibe un angustioso temblor cada vez que mis clientes inocentes les dicen la verdad a los jueces! ¡Y no creo que sea solo debido a mi edad! ¿Podrán dormir los casadores (¿o “cazadores”?) Hornos y Borinsky luego de haber mandado a morir en las mazmorras a un señor de 85 años de edad, canceroso, sordo y ciego, por un hecho en el cual no intervino y que habría ocurrido hace más de medio siglo? Si realmente duermen, les pido me hagan conocer el nombre de la medicación que toman, porque yo no puedo hacerlo, y eso que no soy juez.

Francisco García Santillán

DNI 10.661.522

 


Más Leídas