El presidente uruguayo José Mujica libra una batalla en varios frentes para permitir que jefes militares encarcelados por su accionar durante la lucha antiguerrillera de hace 40 años, puedan ser derivados a sus domicilios. “Yo no soy el dueño del país, pero tampoco verdugo de ancianos”, dijo el mandatario frente a los rechazos que en sectores de izquierda, de su propio partido, e incluso en la Justicia, genera su propuesta
MONTEVIDEO (Texto gentileza diario El Observador)La iniciativa del presidente José Mujica de otorgar prisión domiciliaria a los militares que están presos por cometer delitos durante la dictadura (1973-1985) por medio de gestiones ante la Suprema Corte de Justicia (SCJ), carece de fundamentos jurídicos y no es avalado por la ley, según explicaron a El Observador fuentes judiciales.
Tanto jueces penales como fuentes de la Suprema Corte de Justicia consultadas señalaron que “la única posibilidad” para habilitar el pasaje a prisión domiciliaria de un recluso es mediante una solicitud directa al juez de la causa. “La Suprema Corte no tiene potestades como para liberarlos, salvo en la visita de cárceles”, afirmó una de las fuentes. La cárcel de Domingo Arena, donde están recluidos la mayoría de los militares, no está incluida en las visitas anuales que realizan los cinco ministros de la SCJ a los centros penitenciarios porque la mayoría de ellos están penados y ese beneficio es para procesados, indicaron los consultados.
El presidente pretende que se les conceda la prisión domiciliaria al menos a cinco de los militares que padecen distintas enfermedades. Presidencia y las Fuerzas Armadas desarrollan una relación cercana y se reúnen hace al menos dos meses para recopilar información, tanto de la salud de los militares presos como de nuevos datos que permitan encontrar otros restos de desaparecidos.
Mujica pretende elevar la imagen pública del Ejército, y por eso deslindó responsabilidad en el mensaje emitido el lunes por el comandante en jefe de la fuerza, el general Pedro Aguerre.
En los últimos meses el presidente lanzó nuevamente el tema, que da vueltas en su cabeza desde la campaña electoral. “Yo no soy dueño del país pero tampoco soy verdugo de ancianos”, dijo Mujica hace un mes en referencia a su intención de que los militares que tienen problemas de salud puedan abandonar la cárcel.
Los mandos del Ejército entienden que el hallazgo de los restos del maestro Julio Castro entorpecen las gestiones de Mujica. Por eso esperan que el discurso del lunes (4 de diciembre de 2011), en el que Aguerre afirmó que no quiere “homicidas” en las filas de la fuerza, encaucen las negociaciones.