República Argentina: 5:11:01pm

Siria vive desde 2011 un conflicto en que el Ejército gubernamental se enfrenta a grupos armados de la oposición  y a organizaciones terroristas. Esta guerra ha provocado entre 300.000 y 400.000 muertos, según afirmaron  altos funcionarios de la ONU. El 30 de septiembre de 2015, Moscú lanzó una ofensiva aérea en Siria a pedido del presidente sirio Bashar al Assad para detener la expansión de grupos yihadistas. La situación es muy grave y la pregunta, por ahora sin respuestas, es: ¿Cuándo terminará la guerra en ese país?

El presidente Bashar al Assad ha afirmado que en menos de un año es suficiente para resolver un problema interno. Su postura apunta a Washington:  “Todos saben que EE.UU. quería socavar la posición de Rusia como gran potencia en todo el mundo, también en Siria. Arabia Saudita llevaba años buscando como destruir Irán y Siria podría ser uno de los sitios donde pueden alcanzar este objetivo según su modo de pensar”, ha sostenido Al Assad. El mandatario sirio ha asegurado que la clave para poner fin a la prolongada crisis en su país consiste en “dejar de apoyar a los terroristas desde el exterior”.

En ese plano, el presidente sirio ha culpado a los países occidentales de tratar de utilizar la tregua con el fin de “ayudar a los terroristas, prestarle ayuda logística, armas y dinero, todo para que se hagan más fuertes y vuelvan a atacar”. El cree que Occidente, en primer lugar EE.UU., siempre busca treguas sólo cuando los terroristas se encuentran en condiciones lamentables, no cuando es el caso de la población civil. El mandatario sirio también ha responsabilizado a Washington del fracaso de la última tregua de Aleppo, al igual que de todas las iniciativas políticas. “Para EE.UU. y sus aliados, los países occidentales, los terroristas y el terrorismo representan un mapa con el cual quieren jugar en el territorio sirio”, ha señalado Assad. Al comentar los ataques aéreos  perpetrados  por los aviones de la coalición internacional liderada por EE.UU. contra las posiciones del Ejército sirio en las inmediaciones de la ciudad de Deir ez Zor el pasado 17 de septiembre, Al Assad sostiene que fueron premeditados. El mandatario sirio ha precisado que la ofensiva se prolongó durante más de una hora y no se trató de una coincidencia, sino de varios ataques. “Fue un ataque premeditado perpetrado por las fuerzas estadounidenses. Se debió a que el estado islámico se hacía más débil ante la cooperación de Siria, Rusia e Irán y también a que  Al Nusra, vinculada con Al Qaeda, fue derrotado  en muchas zonas de Siria y como los estadounidenses querían minar las posiciones del Ejército sirio, atacaron a nuestra tropas en Deir ez Zor”, ha explicado el presidente sirio. Según las cifras oficiales, como resultado del bombardeo  murieron 83 soldados. La Casa Blanca reconoció el incidente, que definió como “un error”. Sin embargo el representante del Gobierno sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, explicó que el incidente demuestra una vez más la “hipocresía” de Washington.

En este plano los medios pusieron énfasis en que la aviación de la coalición internacional liderada por Estados Unidos “cometió una nueva masacre contra el pueblo sirio al lanzar un ataque aéreo que arrojó un saldo de más de diez muertos en la localidad de Al Salehia, en el Norte de la provincia de Raqa”. Varios medios y fuentes locales informaron que los aviones de la coalición apuntaron a una planta de hilado de algodón en el pueblo de Al Salehia. El bombardeo provocó la muerte de tres trabajadores, una familia entera de seis desplazados que residían en la aldea (algunos de ellos niños) y un hombre de la localidad. El Pentágono, por su parte afirma que la coalición liderada por EE.UU. no efectuó ningún ataque en la provincia de Raqa. Otro bombardeo que la coalisión internacional realizó el 7 de  diciembre en el Norte de la gobernación siria de Al Raqa causó la muerte a unas 18 personas. Según las declaraciones de la organización Amnistía Internacional, unos 300 civiles han sido víctimas de los ataques aéreos de la coalición internacional liderada por EE.UU. en los últimos años. El número total de bombardeos estadounidenses en Siria e Irak es de más de 12.000

El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia ha declarado que en un año, Rusia ha logrado hacer en Siria aquello con lo que la coalición liderada por EE.UU. sólo pudo soñar. El portavoz recordó que, en este año de operaciones, más de 2.000 ciudades y pueblos han regresado a la paz, mientras que 86 grupos subversivos han dejado las armas y cientos de miles de sirios han regresado a sus hogares a vivir en paz. “Por eso, si no pueden o no quieren luchar contra Daesh y contra el Frente al Nusra (actualmente, Frente Fatah al Sham)- organizaciones proscriptas en Rusia y en otros países- al menos no molesten”, subrayó el mandatario, destacando a su vez que las fuerzas rusas en Siria están equipadas con la tecnología necesaria para luchar contra el terrorismo internacional.

Washington no tiene planes de trabajar con Moscú para identificar los objetivos del grupo terrorista Daesh. Al contrario EE.UU. está armando en Siria  personas que pueden resultar extremistas. Se trata de la decisión del presidente de EE.UU., Barack Obama, de eliminar las restricciones a los suministros de armas a sus aliados en Siria. La implementación de estos planes conducirá  a la escalada del conflicto en Siria y es probable que armas modernas caigan en manos de terroristas que podrían usarlas en cualquier lugar del planeta.

El Canciller ruso estimó que Washington cometió  un gran error al desperdiciar los acuerdos ruso-estadounidenses sobre Siria. El mandatario añadió que la situación en Aleppo Oriental es consecuencia de no haber cumplido promesas por parte de EE.UU. y separado a los terroristas de la oposición siria. La separación de los grupos armados opositores de los terroristas fue uno de los puntos clave de los acuerdos logrados previamente entre Rusia y EE.UU. Anteriormente, el enviado especial de las Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, propuso dar la posibilidad a los terroristas de abandonar Aleppo Oriental. Moscú a su vez apoyó la iniciativa de De Mistura y expresó la disposición de colaborar. Pero tal propuesta no fue apoyada por EE.UU. Eso demuestra que la lucha contra el terrorismo nunca fue un objetivo de algunos países.

 


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