La incierta crisis entre Norcorea y Estados Unidos en el marco de lo que ha dado en llamarse como una potencial guerra cibernética, por ahora, se circunscribe a bloqueo de redes y computadoras- pero que nadie sabe a ciencia cierta como puede terminar.
Esta instancia reanudó la aguda polémica en torno hasta qué punto las denunciadas incursiones clandestinas de Washington en el ciberespacio, que han irritado a Gobiernos de Europa, como Alemania o de América latina, como Brasil, son la causa de estas peligrosísimas derivaciones y su proyección al plano militar.
Una vez más, TIEMPO MILITAR y en el marco de su tradicional pluralidad informativa, remite a sus lectores un texto que circula en los ámbitos diplomáticos y militares.
Su contenido ha sido reducido por razones de volumen. Una vez más se deja en claro que, como siempre, se intenta en este espacio y sin abrir juicios de valor ni necesariamente tener que compartir total o parcialmente lo que se afirma, una perspectiva distinta -para su estudio académico- de un progresivo problema que debe ser atendido y entendido. Aquí va:
El comienzo del Siglo XXI va entrar en la historia de la humanidad como uno de los períodos más dramáticos. El planeta ha entrado en la zona de la turbulencia geopolítica: las guerras y los conflictos militares, el terrorismo internacional, la piratería, los desastres naturales y provocados por el hombre, las epidemias y el hambre. En la misma fila con estas amenazas a la humanidad vale la pena también mencionar, la violación del derecho a la intimidad en la era digital.
Los documentos publicados recientemente demuestran que los EE. UU., violando fuertemente los derechos civiles de los ciudadanos, han creado el sistema del espionaje global electrónico: la intercepción de los datos personales de los usuarios de diferentes países del mundo, las conferencias telefónicas, mensajes sms, la correspondencia en las redes sociales y el correo electrónico.
Servicios especiales escuchaban las conferencias telefónicas de los 35 jefes de distintos paises. También, datos personales que las agencias recibían de los empleados de los distintos departamentos, incluso de la Casa Blanca, el Departamento del Estado y el Pentágono. Por esos documentos que recientemente fueron difundidos por la prensa, en particular los servicios especiales de los EE. UU. escuchaban las negociaciones de la Canciller de Alemania A.Merkel, controlaban las conversaciones de los miembros del Gobierno de España el tráfico de Internet y las negociaciones telefónicas de la presidenta de Brasil Dilma Rousseff y del líder mejicano Enrique Peña Nieto. Estos mismos analistas de política internacional sostienen que los servicios especiales de los EEUU han comenzado a abrir el correo electrónico personal del último mes antes de su elección al cargo del presidente. También que en 2010 los servicios especiales han recibido el acceso al correo electrónico del presidente del México Felipe Calderón y a las cartas de los ministros mejicanos, que tocaban cuestiones diplomáticas, económicas y políticos.
Asimismo, se considera que los servicios especiales americanos tenían el acceso a miles de millones de cartas electrónicas y las conecciones telefónicas que pasaban a través del territorio de los países de América Latina. Para estos se asignaba una gran importancia al Brasil. Bajo el pretexto de la cooperación entre las empresas de telecomunicaciones americanas y brasileños (que incluirían la división "Google" y la empresa belga "Swift") se dice que la CIA espiaba a las principales empresas públicas y privadas, incluyendo "Petrobras". Estos sostienen que en primer lugar obtenían información de las cuestiones estratégicamente importantes, como la organización de las licitaciones, el desarrollo de los yacimientos de petróleo, los proyectos en materia de defensa, entre otras cuestiones. Que hackeaban los sistemas operativos de los smartphones casi todos los fabricantes: "IOS" de la compañía "Apple", "BlackBerry", "Android", y se interceptaba los datos personales de los usuarios.
Analizando las últimas publicaciones sobre este tema, se podría inferir que la actividad ilegal de los servicios especiales de los EEUU puede constituir una amenaza al sistema de seguridad existente en América Latina, así como Europa.
Se considera que la ayuda militar a algunos Estados es una amenaza real del equilibrio de las fuerzas y la incorporación de países de América Latina a los conflictos militares. La presencia y la cantidad considerable de soldados estadounidenses en determinadas naciones, los convierte a estos países, en potenciales objetivos de ataques de grupos islamistas radicales. Se considera que los actos terroristas contra soldados que combatían en Libia, ya ha pasado en Canadá. Puede ocurrir en Egipto, donde la embajada del Reino Unido y Canadá anunciaron el cese de las actividades por razones de seguridad y la misión diplomática de los Estados Unidos recomendó a sus empleados no salir de sus lugares de residencia permanente.
La presencia militar en los distintos países, no es sólo una presencia física de soldados estadounidenses, sino también son los programas de ayuda militar, la venta de armas, la capacitación de oficiales de América Latina en los distintos Centros de Estudios de los EE.UU., los “ejercicios conjuntos", que van en aumento, también la influencia y el acceso directo en los departamentos de fuerzas de los países latinoamericanos a través de los mecanismos regionales de la seguridad, que se elaboraron en Washington. Por medio de estos mecanismos los Estados Unidos tratan de recuperar el control sobre distintos estados de la región, pese a que la mayoría de los pueblos de América Latina quieren decidir ellos mismos su destino, determinar el rumbo de sus países, elegir sus economías y políticas y decidir quienes serán sus socios.
Según el economista y el politólogo argentino Claudio Katz «América Latina continúa siendo un territorio estratégico para Estados Unidos n el plano militar y como abastecedora de recursos naturales. Actualmente Estados Unidos están adaptando su estrategia militar global con menores inversiones de tropa (modelo Irak) y mayor dosis de tecnología y operaciones de inteligencia (por ejemplo, con los asesinatos selectivos de enemigos que Obama señala; los ataques con aviones no tripulados o “drones”; o con el espionaje). (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=171564).
Se supo que para el derrocamiento de los “gobiernos indeseables”, los servicios especiales de los EE. UU. usaban las manipulaciones y las falsificaciones, como en el caso de las armas químicas en Irak. Ahora la CIA provoca y apoya las acciones violentas de las poblaciones. La prueba de esto es la identidad de los acontecimientos en Europa y en la América Latina. En particular en Venezuela continúan los desórdenes, durante los cuales murieron más de 50 personas, cerca de 300 personas resultaron heridas. Los rebeldes están bien armados y preparados (Usan chalecos antibalas, máscaras, barras de hierro, entre otros. Utilizan mezclas incendiarias y armas de fuego). Los observadores, notando la semejanza de estos acontecimientos con los que pasan en Ucrania, sacan la conclusión que la onda de la violencia que ha inundado las distintas ciudades del país, se dirige del extranjero. Los adversarios del presidente actual de Venezuela, Nicolás Maduro han decidido probarlo cual es su solidez. El programa busca una máxima con un cambio de autoridades, incluso el adelanto de las elecciones. De Venezuela interesan sus enormes recursos de energía. El país ocupa el primer lugar en el mundo por las reservas de petróleo. Las reservas demostradas componen 296,5 mil millones de barriles, o cerca de 18 % de las reservas del mundo. En Washington muchos piensan que ha llegado la hora de recibir los yacimientos venezolanos de petróleo.