Mientras los combates entre las milicias prorrusas y las tropas ucranianas entraron en una nueva semana de acciones de gran intensidad, Moscú, esgrimiendo argumentos de la Directora del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde, acusó a la Junta Gobernante de Kiev de marchar “contra su propio pueblo”.
Lo hizo a partir de que Lagarde reconoció que la economía de Ucrania estaría en crisis terminal si Rusia no le presta ayuda financiera, toda vez que es materialmente imposible –en el marco de la crisis internacional- atender excluyentemente las necesidades de Kiev.
Para los analistas internacionales, una vez más, el costado económico y sus consecuencias, se convierten en la verdadera Espada de Damocles al calor de los combates.
Esto es consecuencia, de acuerdo a los mismos analistas, de que el pasado primero primero de mayo el FMI acordó con Ucrania un crédito de 17 mil millones de dólares en los límites del programa de estabilización stand by.
Pero, según esos observadores, una de las condiciones para la concesión del crédito fue la renuncia de la ejecución de los programas sociales y el aumento de las tarifas de los servicios municipales, algo acostumbrado (por otra parte conocido en la Argentina) cuando el organismo crediticio internacional fija sus estrictas condiciones para abrir el grifo financiero.
Moscú hizo notar que, en consecuencia, desde el 1 de mayo el precio del gas para la población de Ucrania creció más de a 50 %, y consideró que “la asignación del Fondo Monetario Internacional a Ucrania de " la ayuda financiera" en condiciones de la guerra civil que en realidad ha comenzado, corta los recursos para resolver los problemas social-políticos, humanitarios y economicos del resto del mundo”
D. Bayden durante su visita a Kiev ha dado a entender que Washington esta listo a apoyar a los nuevos líderes ucranianos en la unión de la nación, en el aseguramiento de la independencia energética del país y, en caso de cumplir estos requisitos, Ucrania puede contar con $27 mil millones librados por intermedio de FMI.
Pero Moscú ha advertido, luego de reiterar su acusación a Washington de apoyar activamente el golpe de estado en Ucrania, que no es intención de los congresistas norteamericanos el emplear su propio presupuesto para semejante erogación. Por el contrario, sostienen, en vez de prestar independientemente la ayuda financiera, pondrían esos gastos en las distintas organizaciones internacionales.
En condiciones de guerra civil, la financiación extranjera del gobierno de Kiev, significa su apoyo en el uso del armamento pesado en la lucha contra los oponentes prorrusos. Denunció que, en rigor de verdad, con este dinero serán adquiridos diferentes carros de combate y otros medios armamentísticos, que servirán para “aplastar” a la oposición.
Además los analistas del FMI aprecian que las regiones De Donetsk, De Kharkov y De Lugansk aportan 21 % en el volumen total del PBI de Ucrania, y más de 30 % de toda la producción industrial del país. Por eso la pérdida de las regiones orientales cierra el importante canal de ingresos en el tesoro público ucraniano y va a influir mucho al clima de inversiones.
Igualmente los analistas prorrusos se preguntan, ¿Al mismo tiempo, en caso de victoria de los partidarios de la federalización, ellos reconocen «las viejas deudas”? Ya que con este dinero la junta ucraniana organizó la operación punitiva en el Sur y el Este del país. ¿Esos medios fueron pagados por servicios de mercenarios extranjeros?
Lo concreto es que todo hace temer que la guerra civil en Ucrania esté a las puertas o sea ya una realidad.
Moscú insiste: “Los poderes de Kiev han ido por el camino de la guerra con su propio pueblo en vez de discutir con las distintas regiones la posibilidad de otorgarles una mayor autonomía en la solución de problemas sociales y económicos. La prohibición real a 40 por ciento de la población hablar idioma ruso, conduce a la excitación de la enemistad nacional. Las medidas punitivas contra su propio pueblo testimonian la incapacidad o la falta de deseo de la administración actual de Kiev cumplir los compromisos de la declaración de Ginebra de 17 de abril a favor de la cesación de la violencia e iniciar un amplio diálogo nacional con la participación de todas las regiones y de las fuerzas políticas", declaró el representante permanente de la Federación de Rusia ante las Naciones Unidas V.Churkin en la sesión extraordinaria del Consejo de Seguridad de la ONU convocada a la iniciativa de Rusia.
“Y si no para inmediatamente la aventura criminal de la junta de Kiev y evitar las consecuencias difíciles y catastróficas para Ucrania, será imposible. Advertíamos de esto muchas veces ", insistió el político ruso.
Las agencias noticiosas rusas reiteraron que durante la ofensiva punitiva de Kiev contra los prorrusos, sólo en los últimos siete días en diferentes ciudades fueron muertas más de 60 personas (alrededor de 40 han sido quemados en Odessa) y más de 250 resultaron heridas.