El canciller Héctor Tímerman denunció el viernes (11 abril 2014) que fuerzas británicas harán ejercicios con misiles en las Islas Malvinas y lo calificó como un "nuevo acto de agresión colonial". Sin embargo, especialistas castrenses quitaron significación a esas prácticas, y las encuadraron dentro del habitual cruce de fuegos de artificios verbales que los dos países utilizan periódicamente para desviar la atención de sus problemas internos.
Utilizando la misma argumentación hecha por la Presidenta Cristina Fernández De Kirchner, el canciller aseguró que la ocupación de las islas no es más que "una excusa para el establecimiento de una base militar". De hecho la base existe desde el fin de la guerra en 1982.
Según afirmó Timerman, el Gobierno británico tiene programados ejercicios misilísticos entre el 14 y el 27 de abril". Y agregó: Repiten las provocaciones y actos hostiles hacia la Argentina de una potencia nuclear extracontinental".
Timerman aseguró que miembros de Defensa Aérea del Reino Unido serán las que operarán el lanzamiento de los misiles en Malvinas. "Esta unidad tiene instaladas seis baterías móviles de misiles Rapier, ubicadas en adyacencias de la base aérea Monte Agradable y del Puerto Militar de Puerto Yegua", explicó el canciller, de acuerdo a los despachos de prensa divulgados tras el anuncio.
En rigor de verdad los Rapier (ver foto) son misiles tierra – aire defensivos, para impactar en objetivos aéreos de baja altitud, como bien lo puede ser un cazabombardero que intente vulnerar el espacio aéreo del archipiélago. Pero el Rapier no es invulnerable, tal como aconteció en el conflicto que enfrentó a los dos países. Por otra parte, no tienen capacidad para impactar en la costa argentina ni para hacer blanco en buques de superficie.
Es común que, periódicamente, estos sistemas de armas deban ser probados fundamentalmente antes de ser dados de baja en función de su vida operativa. La utilización política de esas acciones, va por otro carril.
