República Argentina: 3:36:23am

Publicado por www.argentina.gob.ar

El ministro de Defensa, Luis Petri, recorrió las instalaciones del Batallón de Ingenieros de Montaña VI del Ejército Argentino, en Neuquén, con el objetivo de reforzar la cooperación entre esta fuerza y la Gendarmería Nacional para proteger los recursos gasíferos e hidrocarburíferos de la región.

Por Valentina Borghi Ponti  publicado por www.escenariomundial.com

El 6 de noviembre se conmemora un nuevo aniversario del izamiento de la bandera argentina en las Islas Malvinas. En 1820, los colores celeste y blanco se ondeaban por primera vez en las islas, marcando un hito en el camino de la soberanía argentina en el Atlántico Sur, en manos del Coronel de la Armada Argentina de ese entonces, David Jewett.

El mendocino Oscar Sagás, parte del armado del petrismo en la provincia cuyana -luego de que Luis Petri hiciera una buena elección interna en el Frente Cambia Mendoza y posteriormente llegara a Nación junto a Patricia Bullrich- renunció a la titularidad de Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IOSFA).

Natasha Niebieskiwiat (diario Clarín)

El Gobierno norteamericano aprobó finalmente la venta a la Argentina de armas y equipos para los 24 aviones supersónicos F-16 Fighting Falcon que el gobierno de Javier Milei le compró a Dinamarca y que son en realidad de los Estados Unidos.

La vez que diez argentinos llegaron al Polo Sur en seis tractores

Alfredo Pérez murió a los noventa años y era el último con vida de la Operación Noventa, la campaña que condujo por tierra por primera vez a una decena de expedicionarios hacia el punto más austral del país y del planeta. La historia de una travesía que duró 67 días y que tenía como finalidad consolidar y expandir la presencia en el sector antártico argentino

por Milton Del Moral (publicado en Infobae)

 

 En dos años que estuvo en el continente blanco, Alfredo Pérez recorrió nada menos que 16 mil kilómetros de los cuales dos mil los hizo en la campaña que llegó al Polo Sur en 1965

“Hay un programa, posiblemente vayamos al Polo Sur. Tengo que formar un equipo de diez mecánicos y me gustaría contar con vos”, le dijo Ricardo Ceppi por teléfono. Se conocían por haber compartido talleres y misiones como mecánicos del ejército argentino. Alfredo Florencio Pérez ya había estado un año en la Base General Belgrano, una estación científica permanente y argentina instalada en la Antártida. La propuesta lo entusiasmaba: participar de la primera expedición terrestre que llegara a pisar y conquistar el punto más austral del mundo y del país, el vértice inexplorado del fondo del mapa. Pero Ceppi le agregó, pronto, un aliciente a la invitación: “Mirá que son dos años”.

Su reacción fue automática: “Uh, mi mujer me mata”. Convivía con su esposa, “la gallega”, y tenía 31 años y una duda existencial: cómo perseguir su anhelo sin comprometer su matrimonio. El tiempo fuera de su casa iba a ser recompensado con un ingreso económico sustancial. Esa remuneración sirvió para compensar su partida temporal: finalmente podrían comprar su casa. Su esposa comprendió y Pérez confirmó su presencia. En una entrevista escrita por Mariano Chaluleu y publicada en La Nación, contó cuál fue la respuesta de Ceppi: “Bárbaro, agarrá tus cosas y venite para acá”.

Fue la primer expedición terrestre organizada por Argentina para alcanzar los límites del Polo Sur, una misión que buscaba demostrarle al mundo la capacidad del país para alcanzar todos los rincones de su extenso territorio

Acá era la Base General Belgrano que el ejército ocupaba en la barrera de Filchner. Se instalaron a finales de noviembre de 1963. Establecieron un propósito moral. Realizar observaciones científicas y comprobar técnicas de geología, gravimetría y meteorología eran objetivos secundarios. “Nunca se trató de algo personal: lo hicimos por la patria. Si la patria era soberana de La Quiaca al Polo Sur, había que ir al Polo Sur”, confesó. Para el coronel de caballería Jorge Edgard Leal, líder de la expedición, había una pretensión patriótica en una gesta que evidencie “la capacidad argentina de alcanzar todos los rincones de lo que considera su territorio soberano” para ocupar, dominar y administrar hasta los últimos reductos del espacio nacional.

En los preparativos, se dedicaron a estudiar las vías de acceso, las condiciones del terreno, la mecánica del asalto, los instrumentos y recursos a utilizar, contemplar las inclemencias y los imprevistos, planificar una base secundaria de operaciones para el almacenaje de víveres y combustibles. Eligieron el vestuario, el equipamiento, las provisiones y los vehículos: trineos de arrastre, dieciocho perros, seis tractores snowcats nuevos comprados en Alaska, acondicionados con mejoras en calefacción y dotados de herramientas funcionales a la epopeya.

El grupo de expedicionarios estaba compuesto por el coronel Jorge Edgard Leal, el capitán Gustavo Adolfo Giró, el suboficial principal Ricardo Bautista Ceppi, los sargento ayudantes Alfredo Florencio Pérez y Julio César Ortiz, los sargento primeros Roberto Humberto Carrión, Domingo Zacarías, Jorge Raúl Rodríguez y Adolfo Oscar Moreno, y el cabo Oscar Ramón Alfonso

 

Iban a penetrar en un mundo desconocido. Leal lo describió en un relato íntimo como “una tierra en donde se enseñorea una naturaleza hostil –la más fría y tempestuosa del planeta- reacia a los hombres, perros y máquinas y donde las tormentas polares y las interferencias magnéticas anulan las comunicaciones y afectan los instrumentos volviéndolos inexactos e influyendo, por lo tanto, en la inteligente confianza que el hombre debe depositar en los mismos. Un lugar donde los lubricantes se convierten en sebo y los metales se cristalizan, donde las mejores aleaciones se quiebran al desintegrarse la materia”.

Ejercicios aéreos de los Pampa III sobre Tandil y la región

Publicado por www.elecos.com.ar 

TANDIL.- De cara a lo que será su participación en el Ejercicio Multinacional Cruzex 2024, la Fuerza Aérea Argentina inició los preparativos y el entrenamiento para lo que será su despliegue en Brasil durante noviembre. Así dan cuenta desde la Fuerza en una reciente publicación en redes sociales, donde se apreció el inicio de actividades denominadas como “Ejercicio Precruzex 2024”.

 

Medio Oriente

Argentina se alía con EE.UU. y participa de una fuerza multilateral que combate el terrorismo

Por   Amparo Beraza  redactora de Política, publicado en www.cronista.com Fuente: Noticias Argentinas

En un contexto de tensión en la región, el Ministerio de Defensa anunció que el país se sumó a las Fuerzas Marítimas Combinadas que patrullan las vías comerciales más importantes del mundo. Una de ellas se emplaza en el Golfo Pérsico

Argentina se alía con EE.UU. y participa de una fuerza multilateral que combate el terrorismo

En el marco del apoyo irrestricto de Javier Milei a Israel y en el medio de una escalada en Medio Oriente, la Argentina se sumó a un organismo comandado por Estados Unidos que busca luchar contra el terrorismo. Si bien descartaron participación activa en el Líbano, Defensa enviará a dos oficiales para "entrenamiento" y planea hacer crecer su participación. 

La internacional terrorista 

Los lazos de exmiembros de Montoneros con el  terrorismo fundamentalista islámico sobreviven y pueden  comprometer nuestro presente 

 

 

 

Todo quedó reducido a escombros en el atentado a la Embajada de Israel, en 1992, dos años antes  de que se perpetrara el ataque terrorista contra la AMIA 

Vale la pena repasar los fuertes vínculos internacionales de Montoneros, que  llegan hasta nuestros días y que signan buena parte de nuestro presente. Como  parte de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), creada  en Cuba, lucharon en favor del establecimiento de Estados socialistas en América Latina. Con apoyo soviético, sus miembros se codeaban en cumbres  internacionales con representantes del IRA, de las Brigadas Rojas, de ETA y  de otros grupos terroristas, como el Khmer Rouge, responsable del genocidio  de Camboya. 

Uno de los más siniestros capítulos de esta sangrienta historia se encuentra  peligrosamente vigente, aun cuando los vínculos que mantienen con el terrorismo  fundamentalista islámico son poco conocidos para el común de la gente. En 

1977, Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja celebraron en Beirut un  acuerdo con Yasser Arafat y Faruk Kadummi, líderes de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). El pacto contenía una cláusula secreta  referida a una cuestión militar: Juan Carlos Marín, un ingeniero químico  argentino miembro de Montoneros, había diseñado y construido una fábrica de  exógenos, explosivos plásticos, en un espacio poco más grande que una heladera  doméstica, un tamaño ideal para su funcionamiento en la clandestinidad. Según el  acuerdo, la OLP, a través de su facción interna Al Fatah, ofrecería campos de  entrenamiento, instructores militares y lanzacohetes RPG7, entre otros  armamentos, a cambio de la tecnología que se produciría bajo el mando de Marín.  Fue así que casi la totalidad de los atentados y asesinatos perpetrados por  Montoneros durante la Ofensiva Táctica Mundial 78 y en la Contraofensiva Estratégica de Montoneros, como se conoció a la etapa de atentados entre 1979  y 1980, contaron con armamento fabricado y provisto directamente por la  organización palestina, utilizado también en otros atentados internacionales. 

Damour, un pueblo maronita de 30.000 habitantes en el sur del Líbano, tomado  por la OLP luego de masacrar a su población a mediados de los 70, era una de las  bases de entrenamiento. Allí se prepararon militarmente numerosos miembros de  Montoneros. 

Una de las organizaciones de extracción fundamentalista islámica daría origen en  1982 al Partido de Dios, Hezbollah en árabe. Esa facción, conocida como “los  iraníes”, combatía con el pelotón de Al Fatah que entonces comandaba Rodolfo Galimberti, uno de los líderes de Montoneros que recibían allí entrenamiento; el  

mismo que años después le habría pedido perdón a Jorge Born, su exsecuestrado.  El periodista Eduardo Barcelona reflejó el contenido de un informe  del Departamento de Inteligencia de Francia según el cual los atentados de  1983 contra los cuarteles de los marines en el Líbano, con 300 muertos, y el que  tuvo lugar contra los de las fuerzas de paz de las Naciones Unidas fueron  perpetrados con tecnología desarrollada por Montoneros en la fábrica de  explosivos del grupo Hezbollah. Recordó también que en el atentado de 1992  contra la embajada de Israel en Buenos Aires la Gendarmería certificó que la  voladura había sido con exógeno.

A nadie puede sorprender el acuerdo entre la administración Kirchner  e Irán para consagrar la impunidad de los atentados terroristas contra  nuestro país.

Las Tropas Especiales de Infantería (TEI), entrenadas en Líbano bajo el  comando de Raúl Yager, miembro fundador de la organización guerrillera,  tenían instrucciones de aniquilar al equipo económico de la junta militar.  Perpetrarían los atentados con explosivos en el estudio de Alfredo Martínez de Hoz, en la casa de Guillermo Walter Klein –uno de los secretarios del  Ministerio de Economía, con toda su familia adentro– y en la de Juan Alemann.  Mataron también a Miguel Padilla, asesor de la cartera económica, y al  empresario Francisco Soldati. 

En otro ejemplo de consonancia con la tradición del terrorismo fundamentalista  islámico, que fomenta el martirio para sus jóvenes voluntarios, uno de los grupos  de combatientes argentinos se llamó Pelotón de Combate Mártires de la Resistencia. La organización comandada por Osama ben Laden mantuvo  las Brigadas de Mártires de Al-Aqsa. Imad Fayiz Moughnieh, jefe de  la Jihad Islámica, y Jamal Suleiman, quienes fueron señalados como  responsables de la planificación de los atentados llevados en Buenos Aires contra la  embajada y la AMIA, fueron en 1978 y 1979 miembros de Fuerza 17, de Al Fatah, grupo de elite de custodia de Arafat. 

La revista Jotapé (Juventud Peronista) contaba con una sección llamada El Mensaje del Islam. Se vendía en la librería islámica Al-Tauhid de Floresta, un  local adquirido por la embajada de Irán, según consta en el Registro de la  Propiedad, y a cargo del agregado cultural de esa embajada, Moshen Rabbani, sindicado en la investigación de la AMIA como organizador de los  atentados contra la mutual y la embajada, con orden de captura de Interpol. El  secretario de Rabbani, Ricardo Horacio Elía –a instancias del cual se compró el  inmueble–, era un efectivo de Montoneros que, convertido al islamismo, cambió su  nombre por el de Shamsuddin Elía. Fue entrenado y condecorado por Al Fatah  en el Líbano. En las causas contras los atentados locales consta que, como  “integrante del círculo de personas más cercanas a Rabbani, habría sido el  encargado de los contactos con organizaciones de extrema tendencia locales,  manteniendo contactos con personas que antiguamente habían formado parte de  Montoneros, entre ellas Emilio Pérsico, Jorge Reyna y Jorge Garay”. 

A menos de dos años del atentado contra la embajada, en 1992, Jotapé hacía una  apología del terrorismo árabe y en especial iraní, con consignas antisemitas y  elogios a “mártires” que conducen coches-bomba. ¿Dónde se imprimía la revista en  1988? Nada menos que en los talleres del sacerdote católico Luis Farinello, en  Quilmes. A nadie puede sorprender, entonces, el acuerdo entre la administración Kirchner e Irán para consagrar la impunidad de los atentados  cometidos en nuestro país cuando fue precisamente ese sacerdote, junto a Luis D’Elía, Fernando Esteche y Mario Cafiero quienes, además de viajar  a Teherán invitados por la república islámica, acusaban al fiscal Alberto Nisman de ser influenciado por intereses norteamericanos para cuestionar la  causa que le costó la vida. 

Hadi Soleimanpour, embajador iraní en la Argentina cuando ocurrió el ataque a  la AMIA, está sindicado como responsable de una “célula dormida” en España que  respondía a la línea del entonces primer ministro iraní Mir Hussein Musavi,  experto en relaciones con Cuba y Nicaragua. Ambos países fueron y son los de  mayor contacto con la organización Montoneros. En Cuba se depositó gran parte  del dinero obtenido por el secuestro de personas, al punto de que a fines de los  años 80 Montoneros seguía recibiendo intereses mensuales por esas sumas, casi  100.000 dólares enviados a la Argentina con fines que se desconocen. En cuanto  a Nicaragua, el comandante Daniel Ortega y el movimiento sandinista fueron  directos beneficiarios de más de un millón de dólares con los que Montoneros  financió a esa organización. Fernando Vaca Narvaja, otro de sus conspicuos  miembros, participó activamente en el Frente Sandinista. Y Firmenich, quien  pasaría parte de su tiempo en un lujoso barrio de Managua, cobra actualmente  un sueldo en dólares como asesor del régimen. 

El ataque sistemático y generalizado de las organizaciones terroristas en los años  70 contó con apoyos decisivos de Estados extranjeros. Mientras los soviéticos  entregaron armas, el Estado palestino proveía entrenamiento militar. El  propio Fidel Castro admitió en 1998 que la voluntad expansionista de Cuba  motorizaba la lucha armada en Latinoamérica. Aquellos lazos y otros que les  sucedieron sobreviven y pueden comprometer peligrosamente el presente.

 

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